Fotos y Relatos
de Excursiones
Expedición al Aconcagua 6.962 mts. - Mendoza Diciembre 2008
Experiencia 140
 

Grandioso, Exigente, Intenso, Increíble e Inolvidable. Cuando arrancamos, parecía todo tan lejano, si bien la cumbre parecía estar al alcance de la mano. Las distancias eran largas, los senderos interminables y la playa ancha que agota la mente de cualquiera. Luego vino el refugio, el bonete, la escalada técnica y el “médico”.
Rescato varios momentos que me sacudieron emocionalmente: Cuando una de mis compañeras llega al refugio (no sabía si gritar, llorar, abrazarla… por las dudas hice todo), cuando la pareja decide bajar (entendí la decisión como pareja, pero como grupo la sufrí), cuando escuchamos por radio que el guardaparque confirma que otro del integrante del grupo debe bajar por la saturación del bendito oxigeno (me quebré, no quería seguir). Al fin llegó el día de cumbre. Hacia mucho frío, el guía me despierta (en realidad no había dormido) y le dije que me quedaba en la carpa que ellos siguieran, mi cabeza no había podido procesar todo, pero insistió hasta que logró que me cambiara. Y arrancamos sin saber lo que nos esperaba. Llegamos a Independencia, sólo recuerdo mi cansancio y el malestar estomacal, me quería volver. Y sin esperarlo, recibí unas palabras de aliento de un “extraño” y pensé: tengo que poder, por mis hijas y por todo el equipo tengo que poder. No recuerdo mucho más, sólo que caminaba y todo el tiempo me repetía que faltaba un paso menos. Hasta que llegamos a las cuevas, charla fuerte donde pusimos en común el estado de cada uno… y decidimos seguir a la cumbre. De todo este trayecto, sólo recuerdo las miradas, que tanto decían: ansiedad, cansancio, complicidad e intentaban transmitir fuerzas y coraje. Y así llegó la cumbre!!!!!!! Sencilla e increíble. Nos abrazamos y lloramos tanto. Anotamos a todo el equipo en el libro de cumbre, sacamos algunas fotos y el dolor de cabeza se hacia cada vez más fuerte… era el momento de bajar. Si subir nos había costado, bajar fue peor. Nunca imaginamos todo lo que faltaba y lo que nos iba a costar. Al fin llegamos a plaza de Mulas y sin pensarlo, fuimos directo a la carpa Bar en busca de alguna gaseosa para poder brindar. Los festejos siguieron en el refugio, primero con una buen baño, luego con un almuerzo majestuoso y a la noche llegó el champagne.
Fueron 15 días de mucha exigencia física y mental, de carencias de todo tipo y de mucho compañerismo. Este grupo pasó a formar parte de mi vida, gracias por cada momento que compartimos. Lo que logré fue gracias a cada uno de ustedes. Mil gracias!!! De esta experiencia me quedaron estas palabras para la vida “…no pierdas de vista tu objetivo… la vida es hoy!!!”
Mariela Vecchi

La primera palabra que se me viene a la mente es simplemente I N C R E I B L E . Fue un desafío durísimo, sin que esta palabra logre describir en toda su magnitud lo duro que fue. Hacer una descripción de todo el viaje, sería la narración de un cuento con todas las anécdotas vividas, pero creo que lo mejor es contarles lo que significa para mi.
Sin dejar de lado la belleza, encanto, inmensidad e interacción de los paisajes, lugares, montañas, glaciares, cielo, estrellas, etc., la montaña es un lugar especial y la gente que la visita también.
Para mi la montaña es el lugar donde uno se muestra tal cual es, sin condicionamiento de roles, conceptos, imagen o apellidos, cosas que en la rutina diaria es difícil lograr. En la montaña somos todos iguales, solo dependiendo de nuestra fortaleza y adaptación al medio. Esta forma de vivir la montaña acentúa los valores y sensibiliza nuestros sentimientos y aprendemos a revalorizar los pequeños placeres de todos los días, y a disfrutarlos cuando los recuperamos. La rusticidad de la vida de montaña, hace que los problemas de abajo sean relativamente menores a la importancia que le asignamos cuando se presentan, y este enfoque permite darles una solución más fácil.
Para el Aconcagua hay que ser una persona fuerte, entendiendo por esto el aspecto físico, mental y espiritual, son 15 días de carencia y extremada exigencia física. El desafío del ascenso es encontrar tu propia cumbre e ir conociendo y empujando tus límites. En mi caso particular, el chequeo médico me hizo descender de los 6.000 mts., a solo un día de lograr la cumbre, pero acepté resignar la misma, a pasar la primera navidad de mi hijo en casa y sano.
...estas palabras transmiten mucho menos de lo que significó para mi.
Luis Rodríguez

La seguridad imposible y la solidaridad increíble

...Es imposible garantizar seguridad en el Aconcagua.

Además, si fuera un cerro seguro, no sería tan célebre.

Tampoco sería uno de los más visitados del planeta si, acaso, tuviera diez centímetros menos que otros que son más bellos y más seguros, pero casi desconocidos por ser más petisos.

En definitiva, los que van a subir el Aconcagua van allí a obtener una propia respuesta acerca de la muerte y de la vida.

Y tal enfrentamiento en el cerro se da. Y por eso, quienes vuelven de él luego de diez días de esfuerzo, traen consigo un cansancio extremo, pero también limpieza conceptual y bríos saludables que en algunos casos duran toda la vida.

El Aconcagua es un espacio que sirve para probar lo mejor y lo peor de cada uno y esa prueba no puede de ninguna manera estar garantizada por protección estatal, ni por la exigencia imposible de un guía para cada expedición y tampoco por la cordura del deportista que, debiendo detener su marcha o volver a un campamento seguro, no lo hace.

Algunos de los que mueren allí, eligen su muerte y mueren como han vivido. Otros mueren haciendo ejercicio de su ignorancia, su mala suerte, su mal paso o su estupidez. En ninguno de estos casos puede haber garantía. Garantía tienen los electrodomésticos, no los andinistas que se meten en el Aconcagua.

Allí, en sus faldas imposibles, quedan en manos de la experiencia, de sus guías si los tienen, de sus equipos y de la madurez suficiente para saber detenerse a tiempo cuando es necesario y de una pizca de buena fortuna. Si todo esto se da en conjunto, muy difícilmente haya un accidente en el cerro. Y si lo hay, siempre queda la solidaridad como último recurso para conservar la propia vida.

Lamentablemente, no todos llegan a él con este armamento y por eso pasan las cosas que pasan.

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Aproximación a Confluencia

         
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Playa Ancha y Plaza de Mulas

         
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Escalada en Hielo

         
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Acenso al Cerro Bonete

         
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Cambio de Pendiente
         
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Ascenso al Cerro Manso
         
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Campamento Berlín
         
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La Cumbre de América
         
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Misceláneas de la Expedición
Inicio con Dificultades. Incendio en el Hostel de Penitentes Mudanza al Hostel de las Cuevas Servicio Médico en Plaza de Mulas Así de Alto Más Peligroso que Neurocirujano con Piquetas
En medio de una Gran Nevada Síntomas de la Altura Listos para ascender a los Campamentos Superiores Piedras Conway Plaza Canadá
Otro Record: Ascenso de Menor Edad. Un niño de 10 años junto a su padre. Nido de Cóndores Sector Piedras Negras El Triunfo de Mariela En Nido de Cóndores junto a las Autoridades de la Patrulla y del Parque
Rescate en Nido de Cóndores El Placer de Descender La Gaseosa más Sabrosa de Nuestras Vidas Junto a los Brasileros compañeros de Cumbre Posando con "EL DURO", piloto del helicóptero del Aconcagua
 
 
 
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