Volcanes del Ecuador
Por Leo Mc. Lean (Organización ALTORUMBO)
Volcán Cayambe (5.790 mts.) - Cumbre: Enero 2007
La Gran Cadena de Los Andes, formación milenaria resultante del terrible encuentro de las placas tectónicas, un rompecabezas mal encajado y siempre en movimiento. En su parte central, donde las latitudes marcan los 0º, grandes cumbres se elevan emergiendo en dos brazos de norte a sur, al occidente el Océano Pacífico, al oriente el Gran Amazonas; en medio de ellos, los fértiles valles de la altiplanicie ecuatoriana, tierra de la poderosa civilización Inca, tierra de famosos y legendarios tesoros pero, por sobre todo, Tierra de Volcanes…
… Como grandes válvulas de descompresión del centro del planeta, inmensos conos se elevan desde el llano del altiplano hasta alcanzar los intensos azules del cielo con sus blanquísimas cumbres tapizadas de grandes e irregulares glaciares…
… De sus concéntricos cráteres emanan continuos gases de azufre que nos recuerdan aquella convulsiva época volcánica, donde las fuerzas de la naturaleza manifestaron todo su poder y que, aún hoy, nos previenen de nuestra pequeñez y fragilidad ante los inevitables embates de la continua lucha interior que va sufriendo nuestra tierra con el paso de los tiempos.
Al encontrarse en la cota de los 3000 m.s.n.m., la ciudad de Quito y sus alrededores son un lugar maravilloso para una primer etapa de aclimatación. El solo hecho de visitar su colonial casco histórico, recorrer sus ondulantes callejuelas, visitar atractivos mercados regionales y disfrutar de la amabilidad de sus lugareños, van preparando nuestros cuerpos a las exigencias a las que en unos días nos vamos a exponer… La meta: subir dos de los grandes volcanes de estos maravillosos Andes Ecuatorianos…
… El aire es más liviano, la carga de oxígeno es menor, nuestros primeros movimientos, los primeros pasos, advierten de la necesidad de la generación de un cambio en nuestros metabolismos. Rápidamente sentimos como nuestra sangre se vuelve más y más espesa por la concentración de glóbulos rojos… Hay que tomar agua, mucha agua… Empieza la rutina de la lucha contra la altura.
Es momento de subir un escalón en la aclimatación, debemos mudarnos a una cota superior y, para esto, no hay nada mejor que hacer un buen trabajo físico en altura y luego descender unos metros para continuar este proceso… Trabajar en altura y recuperar en el llano…
… La propuesta es un rápido ascenso al Volcán Pasochoa de unos 4100 mts, un muy lindo y fácil Trekking. Solo al final, en la escarpada cumbre de piedras volcánicas, sentimos la fatiga y carencia de combustible…
… No importa cuán alta sea… No importa cuán cerca o lejos esté… Que satisfacción sentimos cada vez que llegamos a la cumbre… A la meta propuesta…
Sentimos el trabajo y el esfuerzo a la adaptación de estos escasos 4000 mts en los que nos encontramos, los movimientos deben ser lentos, sin brusquedades, es importante mantener una relativa calma al sentir nuestros corazones trabajando a alta velocidad…
Y es aquí donde comienza una de las partes más lindas del montañismo de altura, la continua charla interior que va llevando nuestra disminuida razón en procura de mantener la tranquilidad y la calma necesaria para afrontar cada uno de esos síntomas de inestabilidad: … Ey, tranquilo! Tranquilo, todo va bien, es solo por un rato, dentro de unas pocas horas estaremos descansando unos metros abajo. Ahora tranquilo, procurá disfrutar este espectacular paisaje y toda esta naturaleza que te regala Dios… pero es importante que recuerdes estos momentos, ya que en los próximos días vamos a ponerte varias veces en estas situaciones… Ánimo, hacé lo que tengas que hacer, acá estoy para ayudarte y alentarte…
Ahora a descansar, esa noche nos mudamos a “Volcano Land”, una pintoresca hacienda al pie del Volcán Cotopaxi, nuestro primer objetivo, que con sus 5897 mts lo convierten en el volcán en actividad más alto del planeta.
De forma conoidal casi perfecta, con una cima mocha dado su gran cráter, emerge del altiplano esta enorme y sólida masa rocosa bañada por enormes glaciares que descienden por sus serpenteantes y abruptas quebradas. Su ascensión la realizaremos por la ruta de la cara sureste, una escalada con momentos de interesantes pendientes, pero sin mayores dificultades técnicas.
En “Volcano Land” pasamos dos noches encantadoras. Allí tuve la oportunidad de compartir largas charlas con quien nos hiciera de jefe guía, Phil Ershler, uno de los más reconocidos montañistas americanos. En estos ratos aprendí mucho acerca de esta actividad: experiencias, historias, anécdotas, aspectos técnicos… amistad, camaradería…. Y a medida que pasaban las horas, sentíamos el trabajo de aclimatación de nuestros cuerpos y nuestras mentes, los pensamientos comenzaron a fluir, preguntándonos: Qué es esto… Por qué estoy acá… Qué busco… A dónde voy… Qué es lo importante… En los subsiguientes días, a medida que las exigencias aumentaban, varias de estas preguntas volvían a brotar una y otra vez… aún hoy siguen dando vueltas y vueltas, en busca de una inexistente solución.
Mirás para arriba y ¡guau!... Qué empinado… Esa pared parece estar muy cerca, pero está a unos 1000 mts… Qué poca distancia, pero para recorrerla harán falta unas cuantas horas…
Durante el día fuimos a uno de los glaciares que cuelgan en las empinadas laderas del Cotopaxi a repasar las distintas maniobras, movimientos, anclajes y seguridad, temas que debemos tener bien frescos en este tipo de ascensiones en hielo. Nos encontramos apenas por encima de la cota de los 5000 mts, y aquí vuelve a costar ponerse en movimiento, la respiración se hace más rápida, el corazón bombea a todo ritmo… una y otra vez estos ejercicios demandaban energías con las que parecía que no contábamos, una bocanada de empobrecido aire, otra más... y otra… y arrancar de nuevo…
… Qué fuerte se sienten estos esfuerzos en el proceso de aclimatación… y es en este momento donde recordamos y agradecemos todo el esfuerzo de la preparación física…. Todas esas madrugadas oscuras, muchas heladas o con lluvia… nevisca, niebla… los cientos de kilómetros corridos, el sacrificio del trabajo aeróbico y anaeróbico… las corridas en las vías del tren cargando peso…. Vale la pena, ahora contamos con esa diferencia para darle una pequeña ayuda a nuestros cuerpos en esta aclimatación y recuperación en el descanso.
Ya es hora de atacar nuestra primera cumbre, vamos a la conquista del impresionante cráter del Cotopaxi…
Para esto partimos de “Volcano Land”, nos mudamos al refugio que este volcán tiene a los 4900 mts de altura. Allí tan solo pasaremos unas horas y, si las condiciones climáticas nos dan su permiso, a medianoche arrancamos el ataque…
…. Una hora, otra hora… Los minutos parecieran no pasar…. Es difícil conciliar el sueño con tan poco oxígeno… Nuestra ansiedad lo pone peor… Noches interminables, malas compañeras, sacan de su oscuridad solo pensamientos tenebrosos… Voy y vengo en la lucha contra ellos, se que en breve será la hora del arranque, tengo que tener autocontrol, no desesperar, todo esto no es más que una mala pasada nocturna… Como siempre el procurar rezar y ligarme a mis afectos, me reconfortan en este largo esperar….
Ya es la hora…. A ver... ¡Guau! Qué noche maravillosa nos ha tocado, que intenso cielo el del Ecuador, pareciera que podemos estirar nuestros brazos y como magia fílmica atravesar la espesa y centellante vía láctea…
En esta inmensidad mis mejores pensamiento comienzan a volar, rápidamente el desfile de temas van apareciendo… recuerdos de noches de cumbres, el helado ataque al Aconcagua, los cielos del Kilimanjaro, las frías paredes del Elbrus, las noches en la cumbre del Champaquí, el Domuyo, el Lanín… se entremezclan una y otra vez esas preguntas, que cada una de estas noches, piden su inalcanzable respuesta… Hay Dios mío, necesitamos tu ayuda con estos interrogantes cada vez más profundos… Tenemos varias horas por delante, parecerán eternas… tan solo dando un paso, un pequeño descanso, después otro… Muchas horas… Tendremos tiempo de conversar… pero por favor da consuelo a la pequeñez de mi razón…
Terminamos de verificar nuestro equipo y arrancamos. Son las doce y media, dependiendo de la velocidad de avance del grupo estimamos que recorreremos estos 1000 mts de desnivel en unas 8-9 horas… ahora a concentrarse, a buscar el ritmo respiratorio, debemos coordinar el laborioso andar con cada una de las desesperadas bocanadas en búsqueda del escaso oxígeno…
Avanzamos en cordadas, siguiendo cada uno el haz de luz de nuestras linternas frontales, procurando mantener el ritmo de cada paso con nuestra pesada respiración… Hay un gran silencio, el frío y la noche mantienen congelada la vida… Solo se escucha el crujir de los filosos grampones al penetrar en el duro hielo como si fuesen solo livianas capas de cartón corrugado… Paso a paso, bocanadas de aire, una tras otra, sentimos intensamente la carencia de oxígeno, el corazón bombea y bombea, pareciera que no da abasto…. Es en estos momentos donde es mayor la tranquilidad que debemos auto imponer… Tan solo unos metros más, unos pasos más, un empujón más…. Y llegaremos al próximo descanso…
Las cordadas van avanzando lentamente, la pendiente es cada vez más intensa… A algunos compañeros no se los nota bien, seguramente sus cuerpos no han podido aclimatarse correctamente… De tanto en tanto Phil nos pregunta cómo vamos… Hacemos un stop y se decide que parte del grupo pegue la vuelta, aún falta mucho y a este paso pondríamos en riesgo toda la expedición…. Seguramente dentro de un par de días al intentar la siguiente cumbre se encuentren en mejores condiciones…. El resto seguimos, no hay que enfriarse, la noche está serena pero comienzan a bajar los helados vientos de la cumbre.
… ¿Y de dónde viene la fuerza para llegar hasta el final?... Muy desde adentro… “Si con todo el corazón me buscáis, sin dudas me encontraréis”… Creo que Dios nos hizo a cada uno con un propósito… Que seamos felices… Y cuando escalo, siento el placer de Dios… Este esfuerzo de alcanzar las cumbres es honrarlo… Así voy sintiendo como se multiplican mis débiles fuerzas al hablar con Él… Se despliegan mis alas y como las águilas avanzo, paso a paso hacia mi cumbre…
Ya estamos en los tramos finales, ahora con la luz del amanecer, la temperatura es muy baja, pero por suerte a calmado el viento… Luego de un descanso vamos por el ataque final, un sinuoso recorrido para evitar las grandes paredes de hielo que forman los seracks cumbreros…
… La última arremetida, un zigzag por una fuerte pendiente de hielo resbaladizo… Despacio nos grita Phil… Ve que hay ansiedad por llegar…. Todavía veo pared por encima mío… cada vez menor… ¿Será esta la cumbre o habrá otra pared más allá…? Ahí quiero llegar….
Se llega, siempre se llega…. y cada vez que llego me invaden las emociones, y como a un pequeño niño, las lágrimas empiezan a brotar….
… Ya vuelvo… déjenme un rato así, en la soledad de esta inmensidad…
Ahora sí… qué maravilloso cráter, un cono perfecto rodeado de enormes glaciares… aún en actividad el Cotopaxi sigue emanando los intensos olores del azufre a través de un centenar de fumarolas. Hoy con sus cerca de 6000 mts está considerado el volcán en actividad más alto del mundo….
No mucho, tan solo un descanso y unas fotos... y emprendemos la vuelta…
Seguimos encordados… Por algún motivo, Phil me advierte que esté atento en la bajada al compañero que va delante de mí… Y paso nomás… Fuimos bajando entre maniobra y maniobra de anclaje, ante cada una de las caídas de este pobre amigo que, indudablemente, sin fuerzas estaba sintiendo los ataques de un principio de los males de la altura…
Rápido, sin perder más tiempo que empacar el equipamiento, bajamos y nos trasladamos a una hacienda muy confortable a recuperar energías… Tendremos dos días para descansar, pasear, comer abundantemente y prepararnos para un rápido ascenso a nuestra próxima cumbre.
Phil toma la decisión de que el próximo volcán que procuraremos subir es el Volcán Cayambe, en lugar del Chimborazo, planeado inicialmente… Y sí, es un poco menos complicado, ahora lo importante es trabajar en equipo para conseguir que la mayoría del grupo pueda hacer cumbre.
El Cayambe es un volcán activo de casi 5800 mts, su base se encuentra exactamente en la latitud 0º, en la línea del Ecuador… pero que Ecuador distinto al que esta en nuestros pensamientos, acá todo es roca, cielo y hielo…
Luego de pasar una noche en el refugio iniciamos la ascensión, como siempre en una espectacular noche estrellada… Por mi parte estoy muy sereno, como si el continuo recuerdo de la ascensión al Cotopaxi no dejara que la ansiedad me invada… Pero de igual forma, las noches de cumbres hay que transitarlas, con pasitos cortos… pole, pole… uno a uno… en este caso el ritmo es más rápido… notamos que nuestra aclimatación está mejor… no obstante a mitad de camino 4 integrantes del grupo deciden dar la vuelta.
Nos llevo unas cuantas horas y varios descansos llegar hasta unas paredes finales que nos separan de la cumbre. Luego del tiempito que nos lleva asegurar estos tramos de cuerda fija, reiniciamos el ataque final… Ya estamos… Los que estamos seguro llegamos… Peor, falsa alarma, después de esta pared hay otra más grande, bastante empinada… Ey, Phil, y ahora qué???… Solo con una sonrisa y una mirada nos da el ánimo suficiente para encararla…
… Ánimo, seguro que ya está… y está… la cumbre… nuestras miradas van de norte a sur, de este a oeste… todo es inmensidad… dentro mío, todo emoción… y como de otra manera no podría ser, comienzo a lloriquear…
Ciudad de Quito Otavalo, la Gran Feria de Ecuador Phil Ershler, uno de los más destacados montañistas Rumbo a los Volcanes
ROSTROS DEL ECUADOR
Volcán PASOCHOA
Paisajes del COTOPAXI
Cuando el Amanecer nos sorprende en el COTOPAXI
Encordados camino a la Cumbre del COTOPAXI
Crater del Cotopaxi Cumbre en el Cotopaxi Junto a Phil Ershler y Rómulo Cárdenas en la Cumbre QUITO, desde la Cumbre
Volcán CAYAMBE Interior del Refugio Cayambe
Ascenso al CAYAMBE
Cumbre en el CAYAMBE
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