Excursión al Champaquí: Grupo Marzo 2005
Experiencia 026

...el aroma de la menta, la peperina, las moras ...el sabor de agua de río, el pan casero, la mermelada ...el sonido del agua, el viento, los pájaros, el silencio ...la imagen del Cóndor, las noches estrelladas, los valles, los arroyos ...la dureza de la roca, la humedad de las cuevas, el calor sofocante, las ampollas, la frescura de las mañanas ...la inmensidad, la amistad, la leyenda, la emoción, las lágrimas, el grupo ...gracias, gracias por hacerme sentir vivo.
Sergio Nieto

"La excursión al Puesto de Luna y el cerro Champaquí fue increíble. Pudimos disfrutar de los regalos que nos brindó la naturaleza y de paisajes maravillosos. La calidad y calidez de los guías, Miguel y Mariano, sumado al gran grupo humano que se formó (hoy amigos y compañeros) hicieron que el esfuerzo realizado valiera mucho más que la pena, y que nos queden grabados para siempre estos tres hermosos días que vivimos.
Una experiencia muy recomendable para quienes quieran sentir con intensidad las pequeñas grandes cosas de la vida, allí, donde la tierra se funde con el cielo....".
Fernado Barri

Un lugar con el que se establece una conexión muy fuerte, en el cual sin buscar se encuentra y se comparte un montón de experiencias que impactan allí, en lo profundo del ser. Un lugar donde el único tiempo es el presente, aunque también por momentos, asoma una nostalgia anticipada, hay convicción que se lo extrañará… y se promete volver.
Carlos Conte

Fue mi primera experiencia de pasar tres días en la montaña. Es difícil poner palabras a la erupción de tantas sensaciones y emociones. El afuera y el adentro tornándose uno, en el éxtasis del silencio. Viví la montaña como la vida misma que se entrega y exige. Entrega sus inesperadas bellezas. Las de las aguas transparentes, quietas y fluyentes, en ruidosas caídas, escurriéndose debajo de las enormes piedras, y dibujando hermosas figuras en sus orillas de arenas doradas . La belleza de su luminosidad, filtrándose al atardecer en precisos rayos desde su cumbre, o desde el reflejo de las estrellas de nuestra primera noche en el puesto. También nos ofrece la experiencia de compartir con su maravillosa gente. En todo momento, nos exige estar atentos a lo que sucede alrededor pero escuchándonos interiormente, concentración, fina percepción , precisión y realizarlo todo desde una especial y armoniosa entrega para con el grupo. En fin, una experiencia única que ojalá pueda revivirla muy pronto. María Emilia Gines

Estoy seguro que escuché ...BUEEENO!!, y que era el insufrible Colo (Guía tan incansable como confiable en el escarpado territorio del Champaquí), el que anunciaba que el corto descanso reparador en un alto del sendero había terminado. Pero no, me había parecido. Y claro, eran las seis de la mañana del lunes 7 de Marzo y el trabajo me esperaba a partir de las ocho. Y si, ese alto en el camino de nuestra vida que se materializó viernes, sábado y domingo, había terminado. Atrás quedaron la buena onda de los Osvaldos y el Rolo; la sensibilidad del Sergio Nieto; la síntesis de juventud, fortaleza y coquetería de Paula, Lilián y Pato; el romántico y recíproco apoyo de Fernando y Natalia; la mesura y reserva de María Emilia y Sergio Ballestero; el compañerismo incondicional de Camila y Carlos; los comentarios jocosos y oportunos de Fernando y la responsabilidad del Colo, Mariano y Agustín. Me atropellaron los recuerdos de los lindos momentos con tan buena gente en ese hermoso lugar, tanto que casi llego tarde al trabajo. El sendero de la vida es como el del Champaquí, lindo o feo, depende de quién te guíe y con quién lo compartas. Para mí fue hermoso. Sergio Centurión

El esfuerzo, la buena compañía, los hermosos paisajes, nuestros amigos: los cóndores, el lagarto verde y el perro pulgoso. Los deliciosos aromas y todo aquello que nos rodeo y acogió durante esos tres maravillosos días, hicieron de esta travesía, una magnifica experiencia en mi vida.
Agradezco a mi gran amiga Patricia, Mariano y Miguel por brindarme esta oportunidad.
Sergio Ballesteros

Tres días maravillosos compartiendo las bellezas naturales de las sierras cordobesas, sus aromas y encantos con un grupo de personas excepcionales, que brindaron lo mejor de si en todo momento, todas esas vivencias quedarán en mi recuerdo por siempre. Los amigos se encuentran en el recorrido de la vida y esta fue una de ellas. Un beso para todos. Patricia Labrada

Hace pocos años no sabia que existía el senderismo, ni el Champaquí, pero me gustaba venir a Córdoba, soy muy feliz cuando estoy en contacto con la naturaleza.
Este fue mi tercer encuentro con el cerro, cada uno tuvo su encanto, jamás es lo mismo.
Disfrutar de las sierras, sus quebradas, rocas, cascadas, arroyos, oler sus perfumes, oír su silencio, casi compartir el vuelo de los cóndores, todo parece ser ideal, noches con tantas estrellas que el cielo parece estar iluminado, acompañado de buena gente que se brindo amigablemente a quien lo necesitase.
Tanta belleza y solidaridad, es un regalo para el espíritu, los tres días de esfuerzo a cambio de tanto placer, valió la pena.
Al grupo muchas gracias por todo y nos vemos en cualquier sendero de la vida. Osvaldo Bianchi (2º viaje)

Cada día ingresaba en la pagina y leía los comentarios de mis compañeros de grupo, con emoción; en cada uno creía encontrar la síntesis de lo vivido, hasta que leía otro y se agregaba algo muy importante. cada uno lo expresaba con una claridad y belleza diferente, que éxtasis de ese presente que ya es pasado y del cual tengo nostalgias, escribo este humilde comentario en el día y hora que llagábamos al puesto de luna. Intentaba tan solo expresar aquello que tendía a brotar espontáneamente de mi, ¿Porque habría de ser tan difícil- no- debo decir tan sencillo, luego de compartir esos tres días maravillosos. Gracias a todos y a nuestros guías, que con tanto amor y pasión por lo que hacen hicieron que esto sea posible. Lilian Iribarren

No hay nada ni nadie quien ahora pueda quitarme lo que he vivido...
Sentir la inmensidad de la vida misma tocándote la cara o recorriéndote por dentro. Esa vida que a veces te golpea o te la quitan, pero esta vez se presentó soleada, verde, libre...
Cuando necesite hacer un alto en el camino para renovar fuerzas y seguir caminando, doy por seguro que sentiré la voz de aliento de alguno de ustedes, que me acompañó esta vez y seguirá haciéndolo.
Se quedan conmigo... los momentos compartidos... (incluidas las ampollas). Paula Bearzotti

Estuvo todo sensacional, en realidad se lo tengo que agradecer a mi amigo Osvaldo pues gracias a él lo puede hacer. Lo que más me impresionó fue el balcón, porque el paisaje es inimaginable, si ponés a volar tu imaginación, sentís que estás cerca de Dios. Otra de las cosas que me gustó fue la cascada, pues a pesar de que el agua era helada, todo eso queda olvidado ante tanta belleza. Demás esta decir y agradecer la atención que ustedes tuvieron para con nosotros, pues eso fue una maravilla, como así también la camaradería que existió en el grupo, pareciera que éramos personas que nos conocíamos hace mucho. Si alguien me preguntara o me pidiera una opinión si es recomendable hacerlo, yo le contestaría que tiene que vivirlo, pues cada uno lo siente y vive a su manera. Rodolfo D'Aquino

 

Primeros Pasos	Sector Ojo de Agua	Los Dos Pinos	Loma Piedrosa	Cruce del Socavón
Señoras Coquetas	Desierto de la Virgen	Alegría en el Lechigunas	Atardecer Mágico	Una Gran Familia
Un instante en el Rancho	Rumbo a Doña Sara	Arroyo de las Ollas	Cueva de Ovidio	Charla sobre la Escuela
Las Dos Cascadas	Cueva de los Cuarenta	El Balcón	Cóndor en la Cima	Abrazo al Champaquí
Rumbo a Moisés	Cruce del "Último Arroyo"	Saltos Ornamentales	Río Subterráneo	Cascada de Las Petacas