Expedición al Monte Elbrus
5.642 mts. - Cumbre de Europa - Agosto 2006
 
"Se nota rápidamente la carencia del oxígeno,
nuestra respiración se hace más profunda
y el rítmo cardíaco se acelera"
Leo McLean
Cumbres: Aconcagua, Lanín, Tronador y Domuyo (Argentina). Kilimanjaro (Tanzania). Elbrus (Rusia). Cotopaxi y Cayambe (Ecuador). Vinson (Antártida)
 
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Hoy cerca de mí, pero muy, muy lejos de aquí, se extiende de este a oeste, entre el Mar Caspio y el Mar Negro la Cadena del Caucaso, una constelación de maravillosos picos. Y justo allí, en la regiones de Kabardino-Balkaria, en medio de la Cherkesia, a corta distancia de la frontera entre Rusia y Georgia, se alza majestuoso el punto más alto de Europa, un viejo volcán, una montaña de dos picos, el del este con 5.621mts, el del oeste, el mayor, con 5.642mts. El Monte Elbrus, cubierto por sus 23 glaciares, sobresale como un gigante blanco, el “Mingitau” “la montaña de las mil montañas” como se la conocen en el lugar. Un monte eterno… Fue justo aquí donde Prometeo fue encadenado por Zeus, y así llegó a su mortalidad.

   Su cumbre fue alcanzada por primera vez en 1868 por el expedicionario ingles Douglas Freshfield. Fue un importante escenario durante la Segunda Guerra Mundial, hacia fines de 1942, tuvieron lugar estratégicas acciones bélicas entre los ejércitos alemanes y rusos. Frente al impenetrable Stalingrado, y para mostrar su dominio de las Rusias, Hitler mando colocar la bandera nazi, en su cumbre, en lo más alto de Europa. Así fue como muchos soldados encontraron su muerte en estos grandes glaciares. Aun hoy muy de vez en cuando se puede ver alguno de ellos, en sus uniformes, por siempre congelados.

   Todo el año, tanto en invierno como en verano, se llena de escaladores, esquiadores y snowbordistas. Sus nieves perennes lo constituyen en uno de los centros más importantes de estos deportes en la actual Rusia y en la vieja Unión Soviética.

   En este mes de agosto llegué aquí con la expedición organizada por Internacional Mountanering Guides, empresa americana con quienes ya había tenido la oportunidad de realizar el Kilimanjaro el año pasado. Al igual que en aquella oportunidad quedé sumamente conforme por su alta profesionalidad y capacidad de conducir estas expediciones, por el cuidado de detalles que hacen seguro y llevadero el esfuerzo que realizamos para alcanzar las cimas de estas altas montañas.

  Tuve el gran placer de encontrar y hoy contar entre “mis amigos de montaña” a extraordinarias personas, el jefe guía, Jason Edwards, un gran tipo, duro de la montaña, con enorme experiencia como el haber alcanzado la cumbre del Everest en cuatro oportunidades. Sus charlas diarias, sus continuos comentarios, su fortaleza pero a la vez su calidez humana, me ayudaron mucho, no solo en alcanzar los objetivos del viaje, sino por sobretodo a sobrellevar estos momentos muy gratamente… NO encuentro palabras, si sentimientos,…, no se como describir a quien nos hiciera de guía local, Igor Tsarouk, una maravillosa persona, un amante de la montaña, conocedor como pocos de esta inmensa naturaleza, experiencias y vivencias únicas, en sus años de juventud campeón nacional de escalada de la pasada Unión Sovietica, en su haber están los mayores picos del mundo, Everest, Lothse, K2, Aconcagua, Mackinley, Vinson,…, todos los continentes, todo el mundo…. Mirada limpia, siempre una sonrisa, siempre un animo, siempre una mano… un amigo.

   Para el plan de ascenso tuvimos previsto realizar una rápida aclimatación de dos días en Terskol, la pequeña villa de montaña al pie del Elbrus, a unos 2.200 metros de altura, luego nos moveríamos al campamento de altura. Una vez allí y dependiendo de los factores climáticos estaríamos entre tres a cinco días en procura de encontrar la ventana adecuada para el ataque a la cumbre. Una subida bien al estilo alpino… Si de entrada se da buen tiempo aprovecharemos y lo haremos rápido. Es lo conveniente, duro, ya que no contaremos con una gran aclimatación, pero el clima en estas montañas es muy inestable, por lo general hay muy pocos días sin tormentas… Estos son los planes, veremos, porque siempre en definitiva quien decide es la montaña, será el Elbrus quien nos diga cuando podemos subir y cuando debemos bajar. Pero para esto falta… aun estamos muy a abajo…

   En Terskol hicimos base en una hostería muy cómoda, un lujo, buenos cuartos y baños. Dos amables señoras nos preparaban diariamente unas suculentas comidas. Eso sí, todo ronda en torno a la papa, papa, papa y huevos. En los valles cercanos al Caucaso, zonas agrícolas importantes de este país, la papa es uno de los principales cultivos. Ahora tengo bien claro de donde proviene el nombre de la no siempre bien ponderada “ensalada rusa”.

   La hostería se encuentra en el angosto y serpenteante valle formado por el río Backsan, una zona boscosa, formada de pinos y abedules. Este río de montaña, de importante caudal, baja ruidosamente debido a la gran pendiente de este valle. Su volumen se incrementa a medida que va recogiendo los miles de pequeños riachitos y líneas de agua formadas por los deshielos de neveros y glaciares, de estas maravillosas montañas.

   Así pues, arrancamos nuestro primer día de aclimatación, después de un buen desayuno, fuimos a realizar un trekking sobre la ladera de un cerro justo frente a nuestra hostería. La idea es subir unos mil metros hasta una estación meteorológica que funciona en un viejo observatorio. 

   El día no es del todo lindo, hay nubes que nos anuncian posibles lluvias, así que pusimos en las mochilas el equipo de agua.

   Iniciamos la caminata por un camino en un bosque de pinos. Vamos ascendiendo y dejando de lado viejas granjas con sus pequeños establos de madera, varios de ellos en muy mal estado, por entre los árboles se llega a ver un par de campesinos segando, con sus viejas oses, el pasto en los claros de estas laderas. Los inviernos son muy duros y fríos en la región, la nieve tapa todo, así que en el verano todo pasto posible debe ser segado y almacenado en los establos como reserva de alimento para el poco ganado que cada familia tiene.

   A medida que ascendemos, el bosque comienza a ralearse, los pinos son más chicos, y aparecen arbustos más achaparrados. Se nota rápidamente la carencia del oxigeno, nuestra respiración se hace mas profunda y el ritmo cardíaco se acelera. Seguimos por este camino, una cicatriz en la montaña, por un par de horas hasta llegar a una pequeña planicie ubicada a los 3.300 metros donde se encuentra el observatorio meteorológico…. Uf, un descanso, viene bien.

   Lo vemos por primera vez, arriba en el horizonte, entre espesas nubes, aparecen y desaparecen impactantes las dos cumbres del Elbrus. Un gigante de dos cabezas, luchando por asomar en un embravecido mar de un oscuro algodón…. 

   Aprovechamos este descanso para hidratarnos y comer un poco, Igor nos recuerda que en esta zona el clima es muy inestable, lo habitual es contar con buenos amaneceres pero con frías nubes en los valles que rodean las bases altas montañas, y a medida que va transcurriendo el día y la nubosidad va tomando calor suben y van formando espesas nubes que normalmente generan fuertes tormentas, muy peligrosas allá arriba, en las alturas, en las altas cimas.

   Emprendemos la vuelta, que fácil es bajar,…, a medio camino se larga la llovizna, debemos ponernos nuestros trajes de agua. El repiqueteo de las gotas sobre las capuchas impermeables solo es perturbado por el ruido de un helicóptero, el de rescate. Lo vemos ir y venir en dirección del Elbrus. Dos días después, ya en el refujio de altura, Vladimir, miembro del servicio de rescate, nos comenta que un grupo de 5 ucranianos fueron rescatados, tres de ellos sin vida, al extraviarse en plena tormenta, y caer en las grietas de los glaciares que rodean la cumbre.

  Mojados, cansados, llegamos a la hostería, nos espera un buen baño y una suculenta comida. A reponer energía, todas las posibles, para esto los americanos son mandados a ser, como comen, da gusto verlos... Ahora a la cama, bien temprano, mañana nos espera una intensa jornada de entrenamiento y aclimatación en un glaciar, en otro valle cercano a Terskol, allí haremos distintos movimientos y prácticas en hielo, y si el tiempo lo permite haremos también escalada en paredes de las grietas.

  Al alba en este segundo día fuimos hacia este otro valle, nos llevaron dos camionetas, con todo nuestro equipamiento, mochilas, arnes, piquetas, crampones, botas dobles, equipos de agua, cuerdas, tornillos,… Y muchas ganas…

  Llegamos, un lugar maravilloso, rodeado de increíbles montañas, cubiertas de nieves y glaciares, varios de ellos descienden desde las cumbres por los cañadones formando inmensas cascadas y caídas heladas, con sus enormes grietas a medida que van copiando las superficies irregulares de la montaña.

  Subimos por el lecho de un río seco, inicialmente por una zona boscosa, luego trepando por rocas. Una ascensión bastante empinada, muy buen ejercicio de aclimatación. Hicimos dos paradas antes de llegar a la lengua de un glaciar que pendía de la cumbre de una montaña, no muy alto, estamos a unos 2.800mts. Desde aquí la visión del Elbrus es tremenda, ni una nube. A pesar de la gran distancia la claridad de la mañana nos permite divisar el recorrido marcado para el ascenso… pronto… pronto estaremos allí…

  En unas grandes rocas, al costado del glaciar comenzamos a equiparnos, que emoción, volver a calzar los grampones, caminar por esta superficie helada, muy resbaladiza, una forma de moverse tan distinta a lo habitual. Me saltan gratos recuerdos de la ascensión al Monte Tronador en verano pasado…. Que bien la pase en esa oportunidad. Que linda montaña.

  Ya con los grampones vamos avanzando por un laberinto de las altas paredes heladas de estas grandes grietas, todo es frío, todo está quieto, no obstante se percibe el movimiento en la eterna quietud de esta gigantesca cascada helada, que milímetro a milímetro va descendiendo. 

   Jason e Igor nos recuerdan las distintas formas de caminar y ascender sobre el hielo, los distintos pasos y métodos, con las puntas, la ascensión alemana, la vertical francesa, a caminar como patos… para arriba y para abajo, como usar las piquetas, como girar cuando se avanza en travesía, volvemos a recorrer este nuevo mundo paso tras paso…

   Después de un buen rato y un merecido descanso, nos vamos a una de las paredes más altas, fijamos las cuerdas, y comenzamos la otra parte del día, la escalada en hielo. Cuesta tomar el ritmo, una piqueta, la otra, un pie, el otro,… pam, pam, pam pam,… probamos una y otra vez. Ahora Igor, se asegura y va para arriba, vemos realmente como es la cosa, que naturalidad, una araña en el hielo, … pam, pam, pam, pam,… es rítmica su ascensión,… mas tarde nos cuenta que en su entrenamiento para el campeonato nacional de escalada llego vivir cerca de 7 meses entre glaciares y paredes verticales, trepándolos una y otra vez, largas travesías tan solo él, el hombre y la montaña.

   Va pasando el día, de tanto en tanto paramos a descansar un poco los brazos… y arriba nuevamente… los movimientos son mas naturales, cada vez hacemos menos fuerza, las piquetas tan solo para mantener el equilibrio en los 90 grados,…, voy una y otra vez, procuro dar velocidad y arriba, no sin un que otro resbalón, un buen golpe y a quedar colgado de la cuerda… Bueno ya está por hoy, tenemos que guardar todas las fuerzas para mañana… ya estamos, listos para irnos al Elbrus…

   Nos levantamos temprano. Un buen desayuno y a terminar de preparar todo el equipo. Las mochilas comienzan a tomar su volumen, hoy va todo adentro. Decidimos salir con las botas dobles puestas ya que el peso es muy grande, vamos cargados con equipamiento y comida para varios días,… los grampones van por fuera, una soga de 40 metros, la piqueta, los bastones y una par de estacas de aluminio,…, puf… y con esto para arriba,…, como cambia así la cosa, los 110 litros de mi Osprey a full, la tanteo y da unos 29 kilos,…, tripa corazón, a cargar con esto…

   El primer trayecto de la mañana lo realizamos en una combinación de dos telecabinas y una telesilla, así evitamos una buena parte de la subida. Un lindo paseo de una hora y media, un ascenso sin escalas hasta los 3.500mts, allí se encuentran los primeros refugios, el Refugio de Barrells o Garabashi Hut, son cerca de 10 cisternas de camión, forradas por dentro con puerta y pequeñas ventanas, dentro tienen varias cuchetas. 

  Pero nuestro destino es otro, 600 metros más arriba, a un nuevo refugio que Igor ha hecho construir en el verano pasado, a la altura del viejo Refujio Priut 11, en los 4.100 metros.

  Ahora si, somos parte de la montaña, con los grampones, la enorme y pesada mochila, a subir se ha dicho. La primer parte no es empinada, avanzamos despacio procurando mantener el ritmo respiratorio junto con los pequeños pasos que vamos dando, inhalamos, un pie adelante, un imperceptible descanso mientras sacamos todo el aire de adentro, inhalamos y el otro pie adelante, nuevamente un este imperceptible descanso mientras volvemos a vaciar nuestros pulmones, y así vamos despacio, paso a paso, subiendo metro a metro, lo importante es respirar y caminar concentrados, movimientos rítmicos, así podremos conservar la mayor energía posible… 

  Llevamos mucho peso, poco a poco nos vamos acercando a los 4.000mts, y como si esta fuese una barrera, el aire comienza a ser más pesado, a enrarecerse por la cada vez mayor falta de oxigeno, más que nunca debemos estar concentrados en nuestra respiración y nuestro andar.

   El trayecto al refugio nos lleva unas dos horas y media. Llegamos, son cerca de las dos de la tarde, el sol está bravísimo, su reflejo se siente muy fuerte, estamos empapados, el aire congelado, así que ni bien paramos me abrigo un poco, tengo que cuidarme, un golpe de frío puede traer malas consecuencias. 

   El refugio es pequeño pero muy confortable, tiene tres ambientes, dos de ellos con dos largos tablones, uno arriba del otro, allí acomodamos las bolsas de dormir, cuatro en cada uno. En el tercero hay una mesa, dos largas banquetas y una pequeña cocina a gas. Por suerte la garrafa la suben con el CAT que utilizan los esquiadores diariamente para ser llevados hasta la cabecera de la pista, en las Pastukov Rocks a los 4.800 metros de altura.

   Inmediatamente nos pusimos a recuperar energías, comimos algo sencillo y nos fuimos a descansar. Me recosté en la bolsa, había un calorcito lindísimo en el refugio, todo muy tranquilo y silencioso,…, quede profundo… Al rato me despierte con un fuerte dolor de cabeza, se ve que al quedar dormido baje bastante el ritmo respiratorio, y con el poco oxígeno a estas alturas hay una muy baja oxigenación en la sangre, esto hace que sea muy espesa y le cueste circular por las capilaridades del cerebro. Rápido a hidratarse y moverse, el secreto es tomar un litro y al rato otro… y otro…

   Fue pasando la tarde, me sentía en un lugar mágico, el paisaje no puede ser mas impresionante, nos rodea una constelación de filosos picos, escarpadas cumbres coronadas de nieves y glaciares, empinadas paredes de roca viva,…, uno, otro, otros más atrás, que maravilla aquellos otros,…montañas increíblemente bellas,…, las nubes suben y suben por entre los distintos valles, se disuelven al llegar a nuestras alturas, el efecto de la luz solar hace más maravilloso aun estas gloriosas postales. A nuestras espaldas, y al descubierto las dos cumbres del Elbrus, son enormes, perecen estar ahí, ahí nomás,…, embelesados mis ojos vuelan junto con la imaginación,…, a lo lejos sobre la ladera helada llegamos a distinguir algunos puntitos negros que van lentamente moviéndose, son los que vienen bajando,…, habrán hecho cumbre? Habrá sido duro el ascenso? Habrá hecho mucho frío en su arranque matinal? Lo conseguiremos nosotros?…, cuantas preguntas, afloran los nervios, un poco de tensión y otro de ansiedad… 

   Aprovecho el tiempo que queda y me voy a caminar un rato con Rob, un compañero sudafricano, joven, muy fuerte, con quien hice muy buenas migas. Subimos una horita hasta alcanzar los 4.500mts. Muy rápidamente el sol desaparece entre medio de unas espesas y negras nubes que han salido por atrás de las cumbres del Elbrus, así que no muy bien abrigados retornamos al refugio en medio de una pequeña tormenta de nieve y granizo, típicas en estas montañas a la caída del sol,…, el tiempo es muy traicionero en estas montañas, por esto la conveniencia de plantear el ascenso muy temprano en la madrugada, en realidad a la media noche y evitar cualquiera de estos contratiempos. 

   La tormenta dura poco, enseguida se despeja, al llegar al refugio tenemos una puesta del sol entre espesos cumulus, una maravilla. El colorido de las montañas, el resplandor en sus cumbres, la luz filtrada entre las nubes, todo va formando una gran sinfonía visual,…, es la mano de Dios plasmada en este paraíso, momentos que me pregunto ¿Cuánto más lindo puede ser el Paraíso que esto?... O… ¿Esto es el Cielo y Dios debe estar por allí, por acá, por allá, caminando?.... 

  Foto tras foto, todas postales. Que gran dicha tenemos los amantes de las montañas que podemos disfrutar la vida en estas maravillas… 

   … Ya nos vamos adentro del refugio, hace bastante frío, es hora de comer y dormir, mañana nos espera un largo día de entrenamiento y continuar con la aclimatación a la altura.

   Después de una rápida comida a dormir, bueno a procurar, mejor dicho. Que difícil es conciliar el sueño en altura, duermo un ratito y me despierto con un poco de dolor de cabeza, procuro respirar profundo y oxigenar mi sangre, tomo unos tragos de agua y procuro dormir un rato más, así va pasando la noche, muy lentamente,…, al rato, de vuelta. Que solo me siento en estas noches, que mala consejera es la oscuridad. En estos momentos uno no se siente bien, y cuando se esta así, mal, todo se ve mal,…, doy un par de vuelta, me levanto para ir a caminar y ventilarme un rato, enseguida regreso ya que la noche esta helada. Sigo, entre tumbos y tumbos en mi dormir, de a ratos aprovecho y rezo un par de Ave Marías, de a poco pasan los Misterios y así el Rosario, con este conversar me siento más acompañado, procuro dormir,…, que bueno, luz, ya es de día, se termina esta agonía,…

   Arriba, arriba, a desayunar, que ganas de salir, caminar, clarear la cabeza. Es una mañana muy linda, el cielo totalmente despejado, el aire fresco, se siente más lleno que ayer, se ve que poco a poco uno va aclimatándose. Lleno los pulmones de aire una y otra vez, me siento muy bien, con muchas ganas, a pesar de la mala noche que pase.

   Desayunamos fuerte, un doble americano, cereales, queso, panceta, chocolate caliente, yogur…. Y, sí, después de la carga de ayer, ahora de la espalda a la barriga y con justo placer.

   Cerca de las nueve y media nos calzamos los grampones y pusimos marcha para arriba, vamos despacio, practicando las distintas maniobras en caso de que alguien caiga en estas pendientes, a la voz de FALL de Jason, todos al hielo y a asegurarse,…, de frente, de espalda, de costado. De tanto en tanto paramos para hidratarnos, cuanta agua se necesita en altura, solo al respirar se exhala humedad, que rápida y peligrosa es la deshidratación. Despacio, paso a paso avanzando, entre ejercicio y ejercicio, subimos, de a ratos estamos en pequeñas pendientes un poco más pronunciadas, tardamos un par de horas en llegar a las Pastukov Rocks, los 4.800 metros.

   … Que espectacular paisaje, no dejo de asombrarme minuto a minuto, por donde mire, encuentro picos y picos, uno más lindo que el otro. El día es una gloria, el sol comienza a sentirse con mucha intensidad, tenemos que reforzar el protector solar y la crema labial, el resplandor en la nieve y el hielo junto con el aire helado hacen una combinación nociva en nuestras pieles, que velozmente van poniéndose más oscuras.

   Volvemos al refugio pasado el mediodía, algunos ya se ven cansados, con baja recuperación, sus cuerpos y cabeza sienten los efectos de la altura,…, se hincha la cara, el cuerpo, aparecen las nauseas, debilitamiento, falta de sincronización en los movimientos, malestar general, perdida del apetito…, no todos tenemos la misma capacidad de aclimatación, de adaptación a la falta de oxigeno y presión. Son momentos difíciles, toma de decisiones, quien puede seguir, quien no…

   … Pero ahora a enfrentarnos y devorar una gran picada. Jason aprovecha y nos da su motivadora charla, …, y si, necesitamos que nos soben un poco el lomo, que te digan que lo estás haciendo bien, que vamos bien, que nos queda la parte mas brava, que va a ser muy duro, son mas de 9 horas subiendo, un desnivel de mas de 1.500 metros, mucho hielo, frío, que tendremos que dar todo, pero hay que guardar gran parte para la vuelta, son otras 5 horas para abajo, una jornada extenuante,…, pero vamos bien, nos ve bien,…, en este momento entra Igor en la charla y nos dice algo muy bueno, una palabras que seguramente las tendré guardadas en estas luchas de montaña… Mañana la cumbre es una opción de cada uno, dependerá de nuestro temple y fuerzas, la cumbre es solo un opción, pero lo que no es opción es la vuelta, debemos tener presente en cada esfuerzo que la vuelta no tiene opción…. La cumbre es solo una opción, no lo es todo, lo importante es volver…

   Así entre charla y charla pasa el mediodía y se vino la tardecita, la comida está prevista para las 6 de la tarde, mientras aprovechamos y nos recostarnos un rato… de inmediato comienza la sinfonía de ronroneos y ronquidos…. por mi parte entro en la etapa precumbre,…, nervios y ansiedad, que harán imposible la conciliación del sueño… 

   Comienzan las primeras dudas de continuar la ascensión,…, son dos chicas de la expedición que no se sienten bien, están inseguras,…, han hecho un gran esfuerzo para llegar hasta aquí, ahora sus fuerzas parecen dicen basta,…, difícil es afrontar esta realidad, pero cierto es, que no hay una sola montaña que valga la pena arriesgar la vida por ella… así siempre estará esperándonos,… siempre abra otra…

 
 
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El Elbrus
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Aeropuerto de la zona del Cáucaso
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Valle del Río Backsan
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Ríos de montaña, agua de deshielo glaciario
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Ríos de montaña, agua de deshielo glaciario
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Camino/Tajo en la montaña, rumbo al Observatorio
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Camino/Tajo en la montaña, rumbo al Observatorio
08.jpg (174365 bytes)Observatorio 09.jpg (178896 bytes)Subida al glaciar para practica 10.jpg (217965 bytes)
Subida al glaciar para practica
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Equipándonos para la práctica
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Practicando en paredes de las grietas
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Practicando en paredes de las grietas  
14.jpg (125872 bytes)argando la mochila - 30 kilos!!! 17.jpg (140686 bytes)
Nuestro Refugio
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Distintos refugios a 4.100 mts.
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Distintos refugios a 4.100 mts.
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Cat con snowbordistas
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Piedra con la imagen de Lenin cerca del refugio
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Grupo de rescate ruso
 
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Como estaba previsto, a plena luz de esta tarde maravillosa, a sol radiante, sin una nube, comenzamos nuestra comida mientras vamos repasando los detalles del asenso,…, levantarse a medianoche, las 12hs, vestirse, desayunar, chequear el equipo, terminar de equiparse con grampones, arnes, casco, guantes,…, agua, mucha, al menos 3 litros, algo de comida energizante, barritas o los power gel. Arrancaremos a la 1,30hs, aprovechando la nieve congelada y la calma que normalmente nos brindan las noches de montaña. Está previsto un tiempo de ascenso de 9 a 10 horas, haremos seis paradas de 5 minutos en este recorrido para hidratarnos y reponer energías. Si todo va bien estaremos en la cumbre entre las 10,30 y 11 de la mañana, unas fotitos y pegamos la vuelta despacio, tenemos que tener en cuenta que nuestras fuerzas en esos momentos van a ser pocas, casi las últimas, por tanto debemos estar muy concentrados, será fácil tener algún que otro resbalón en pleno hielo, y cerca de la cumbre la pendiente es fuerte, con muchas grietas, muchas de ellas ocultas… esta parte del trayecto, la última, lo haremos encordados…

   Antes de ir a recostarnos damos una última espiada al cielo, está fabuloso, un celeste claro, muy límpido, Igor nos comenta que estamos con suerte, las tardes tan limpias no son comunes, mañana seguramente será otro esplendido día… Un gran día de cumbre… Ahora a descansar... Nervios, ansiedad, dudas, preocupación,…, A medida que cae el sol y comienza a reinar la oscuridad, la cabeza da vueltas más y más rápido,…, como será, podré, me sentiré bien allá arriba,…, nuevamente la noche y la oscuridad juegan la pasada de ser malas compañeras,…, vuelvo a rezar, momentos en que la compañía Divina me reconforta y acompaña, así nuevamente brotan las Ave María, los Rosarios y en esta larga espera se arma la Romería….

   Voy una y otra vez al reloj, pareciera que hasta el tiempo es afectado por la altura y marcha más lentamente,…

   Si ya, por suerte, son las 12, comienza este día, este largo día….

   A la luz de la linterna frontal, comenzamos a vestirnos, despacio, sin apuro,…, tengo la mente muy dispersa, hay que buscar concentración, desde este primer momento,…, concentrarme: no es una carrera, no voy a ganar ni vencer a nadie,…, a lo largo del día solo tengo que vencerme a mi mismo,…, así sigo en el lento divague…

   Ya a medio vestir, procuramos tomar algo caliente y poner un poco de energía al cuerpo. Yo no tengo ningunas ganas, apenas puedo con un te y una barrita de cereales… Vuelvo a chequear el equipo, controlo bien mis tres litros de agua,…, termino de ajustar el arnés y cerrar la mochila. Antes de salir me pongo dentro de los guantes los calentadores químicos para mantener temperatura en las manos… ahora los grampones...

   En el refugio quedaron tres de los nuestros, han decidido no seguir…

   La noche está bien fría, oscura, sin luna pero muy estrellada. La nieve congelada, ideal para caminar con las filosas puntas de los grampones. No hay viento, así que ni bien comenzamos a caminar el cuerpo toma temperatura, esto nos permite andar sin estar sobre equipados…. 

   Vamos ascendiendo, en una lentísima marcha, una larga marcha, serán unas 10 horas a la cumbre, vamos juntos, en fila, uno muy cerca del otro, casi chocando las cabezas con las mochilas del que tenemos adelante… Así y todo cada uno va solo, muy solo, el silencio nos envuelve, la oscuridad apenas es interrumpida por los pequeños ases de luz de las linternas frontales,…, nuestra mente va y viene,…, comienza una parte muy interesante de toda esta aventura: imágenes de vida, nuestros afectos, nuestras dudas, nuestros intereses, nuestros amigos y los que no lo son,…, cual una película se desplaya una vida interior,…, así voy marchando, me concentro y me desconcentro en mi respiración, vuelo con la mente, pero tengo que poner atención, de esto dependerá que oxigene bien mi sangre y vaya conservando energías. 

   Salta al recuerdo aquel comentario que hiciera en una entrevista uno de los más destacados escaladores de nuestros tiempos, Ed Viesturs (primer americano en hacer los 14 ocho mil sin oxigeno…), “Imaginen lo que hicieron hoy en sus 12 horas… Se levantaron, se dieron una ducha, tomaron su café, manejaron a sus trabajos, trabajaron, almorzaron, regresaron a sus trabajos, manejaron de vuelta a sus casas y vieron un poco de televisión… En el mismo tiempo, mientras escalaba hacia la cima, solo he hecho una cosa: poner un pie enfrente del otro…”

   Tomamos un pequeño descanso a las 2,30hs, agua y power gel,…, seguimos,... a las 3,30hs llegamos a las Pastukov Rocks, hay que subirlas, son unos 50 metros, todo es oscuridad, el hielo esta muy duro y la pendiente fuerte, el primer esfuerzo del día, piedra a piedra, están congeladas y los grampones no se agarran bien, hay varios resbalones, vamos despacio,..., puf, ya está, prueba superada. Otro descanso, hace bastante más frío, el viento matinal comienza a sentirse. 

   Sabemos que a partir de ahora nos esperan un par de horas bravas, de mayor pendiente y hielo duro, muy duro. Hay charlas en el grupo, no todos están seguros en seguir…. Tres en compañía de Vladimir, miembro del equipo de rescate de la montaña, quien hoy nos hace de tercer guía, deciden volver al refugio… Están muy cansados, un poco asustados y la altura los está empezando a mal traer… Quedamos menos… Hay que seguir…

   Enseguida, para no enfriarnos retomamos la marcha, enfrentamos una ascensión bien brava, debemos encarar la empinada ladera, directo hacia la cumbre este, la menor, avanzando despacio, en fila, procuramos seguir el ritmo, hay que ir clavando las puntas de los grampones, uno a la vez, bien afirmados al hielo, la piqueta nos ayuda a balancear y asegurar el peso… las piernas se cansan con mayor rapidez. Por ratos vamos clavando las puntas, por otro el paso alemán (el pie que asciende clava la punta y el otro de costado, tan solo a la altura del primero, descansando,…, así hasta cambiar y que descanse un rato el que ya trabajo), después con el paso francés (de costado, cruzando las piernas, procurando no enganchar los grampones)… hay que trabajar, paso a paso vamos ascendiendo, tenemos que llegar a los 5.100mts, allí… un prometido descanso.

   … Cuanto tiempo para uno mismo, cuanta soledad nos rodea,…, solo el viento perturba de tanto en tanto mis pensamientos, van y vienen los recuerdos más íntimos, las imágenes fluyen velozmente, avanzan películas que creía haber olvidado, memorias alegres, las no tanto,…, todo muy emotivo, se despierta y reviven en mi…. planteos de vida, los aciertos, errores cometidos, promesas cumplidas y las que no, situaciones agradables y recuerdos olvidables… la familia, grandes afectos de ayer, hoy, mañana, de siempre… 

   Toda una vida interior… Va pasando la noche, ahora de despertar del sol. 

   De a poco comienza a percibirse mayor claridad, tengo el reloj muy metido dentro de las distintas capas de ropa y con los gruesos mitones no consigo ver la hora, pero estimo que deben ser pasaditas las 5hs. Ya vamos a llegar al próximo descanso, estoy bien, solo me duelen un poco los pulmones de respirar aire tan frío y siento la necesidad de hidratarme. 

   Vamos sigamos. Que lucha esta concentración…

   Igor se para, clava la piqueta y asegura su mochila. Que bueno, es la señal, la señal que llegamos al descanso. Nos sentamos pendiente abajo en fila india, con los grampones bien clavados para estar seguros. Veo la hora, son las 5,45hs, el sol nos lanza sus primeras luces, de este a oeste los picos del Caucaso, brillo de una constelación de estrellas en pleno día, que maravilla, estamos en el Paraíso, estamos en el Cielo…. Bueno al menos muy cerca de El.

   Aprovecho para tomar agua. Procuro disolver en mi boca un poco de power gel, se que ayuda, aunque a esa hora, con el cansancio acumulado y la falta de oxigeno es muy difícil tragarlo, así que entre una pequeña arcadita y otra termino un pomito. 

   Antes de arrancar nuevamente cambio los warmers de mis manos y me abrigo un poco más, ya estamos alto y nos espera una larga travesía, una circunvalación a lo largo de la falda de la cumbre este, hasta alcanzar el collado formado entre las dos cumbres a unos 5.300 metros de altura. Será cerca de una hora y media de marcha, un ascenso de 200mts de baja pendiente.

   El helado viento de la mañana hace que el frío se sienta en serio, comienza a penetrar. Recomenzamos el avance por un sendero de profundas huellas en la nieve y el hielo, formado estos días pasados en que no hubo nevadas debido al buen tiempo. Esto es más fácil, mas duro es ir abriendo camino, haciendo la huella. 

   Vamos despacio, dos de los nuestros están bien “heridos”, los efectos del cambio de altura se comienza a notar.

   Cerca de las 7hs llegamos al coll, momentos en que la cumbre este nos tapa el sol, estamos en sombras y con mucho frío. 

   Siento que la presión, de golpe, se me viene al piso, se me cayo la cortina, me cuesta estar de pie… me siento mal, mucho mareo, nausea, desvanecer… por suerte hacemos un descanso antes de enfrentar la trepada de 300 metros a la cumbre. En estas condiciones no podría seguir, me auto impongo tranquilidad, concentrarme en la respiración, buscar oxigenar un poco el cuerpo con inhalaciones y exhalaciones fuertes… tengo que dejar pasar unos minutos…. Me siento mal, muy feo, siento y no siento irme, me voy… No me alcanza el respirar… No tengo que hiperventilarme, es peor…

   Veo que a unos 200 metros da el sol, esa es mi meta, seguramente ahí la presión ambiente es mayor y eso me ayudará a recuperar esta mala sensación en la que me encuentro… 

   Jason se acerca y nos pregunta como andamos… a gatas puedo balbucear y decirle que más o menos… me mira, me da ánimos… Come on you are ok…Que esfuerzo tengo que hacer, solo gracias a los bastones quedo en pie…

   Vuelvo a hablarme, me digo: el esfuerzo que ahora tengo que hacer para ir arriba, o tan solo donde esta el sol, es el mismo que debería hacer para ir para abajo, todo está en vos, en mi… Me cuesta mucho pensar, estar en pie, siento irme... siguen las nauseas… Tengo que concentrarme, tengo que concentrarme, tranquilo, respirando, si respirando hondo, oxigenando… Recuerdo en estos momentos la historia que mi padre nos leyera de chicos acerca de Antoine de Saint Exupery cuando tuvo el accidente aéreo en Los Andes, en pleno invierno al estrellarse su avión cerca de la Laguna Diamante. Camino durante cinco días. Fue un hombre sobre la nieve. Caía y se levantaba, volvía a caer y volvía a levantarse, solo deseando el sueño, en su lucha hablaba en vos alta… “Si mi mujer, mis hijos y mis amigos me creen vivo, creen que camino. Todos tienen confianza en mí… Lo que salva, siempre es dar un paso más. Otro paso más…”, caminó y se arrastró, que ejemplo, cuanta tenacidad, fue encontrado luego de esos días aun con vida…

   Consigo arrancar, ya encordados, la pendiente que enfrentamos es realmente fuerte… Me vuelvo a hablar, concentrate, procurá caminar sin tropezarte, ojo con engancharte las puntas de los grampones, puede ser funesto en esta trepada… Ahhhhh, que mal me siento… Fuerza, vamos… 

   Dicho y hecho, fueron unos diez, quince minutos, no más, llegamos al sol, ahora mucho mejor, nuevamente yo mismo…

   Enfrente a nosotros la última pared, la vamos a subir encordados, voy justo detrás de Igor, busco concentrarme en sus movimientos y repetirlos lo más parecido posible, se que él ira eligiendo los mejores lugares para colocar las filosas puntas de sus grampones, y a su vez realizará solo los movimientos necesarios para no derrochar energías.

   Fue una larga y agotadora hora, encaramos una diagonal hacia unas rocas, muy lento el andar, dos movimientos respiratorios por cada corto ascenso que hacemos para arriba,… muy concentrados, hay que clavar bien los grampones… Cada tanto levanto la vista hacia las rocas, parecían estar cada vez más lejos… No mires, así no pasa el tiempo… Fue largo, pero llegamos, siempre se llega. Nos dejamos caer en las rocas, el sol esta divino, un calorcito bárbaro, me quedo tan solo con una remera y un polarcito. 

   A tomar agua, un poco de energizante, recuperar energías. Nos quedan tan solo cien, ciento cincuenta metros, parece muy poco ya, pero la cumbre aun no se ve. 

   Después de este pequeño descanso, me siento recuperado, ahora si puedo ir por todo, vamos por la cumbre… que emoción siento en este momento, el poco oxigeno no me deja controlar ni balancear las emociones….

   Arrancamos con Igor al frente, escalón paso y paso escalón, una serpenteante escalera, vamos callados y muy expectantes,…, cuando se nos mostrará la cumbre,…, quiero llegar, ya esta??... no, basta…, donde está??,…, con gran impaciencia seguimos, despacio, controlando la respiración, nuestras cansadas piernas responden ya más por voluntad que por capacidad… Igor se para, nos avisa que ya casi estamos, vamos a esperar la otra cordada que viene con Jason, así llegaremos juntos,…, pero donde, no vemos aún la cumbre… Vamos Jason,…, con él vienen dos del nuestros que están muy sentidos por la altura, así que debemos esperar un poquito, …, pero viene bien este descanso final antes de la cumbre.

   Ya están, llegan, nos intercalamos en su cordada, somos una larga y cansada fila de maltrechos que avanzan lentamente,…, una pequeña pendiente y asomamos a una meseta, al fondo un promontorio de piedras y rocas, arriba nieve, yyy… arriba nada más,…, nada más,…, Ehi Igor …., … ¿I´s that the summit?.... De este gran escalador solo tenemos una sonrisa…. Si es la cumbre… La cumbre del Elbrus, el pico de Europa… 

 
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Nubes que suben por las montañas
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Nubes que suben por las montañas
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Tormenta en la Cima
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Atardecer entre las nubes
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Atardecer entre las nubes
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Comienzo del día de práctica, caminando en fila india
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Recorrido a la cumbre
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Descanso a las 5,30 hs.
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Amanecer en el Cáucaso
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Amanecer en el Cáucaso
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Amanecer en el Cáucaso
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Amanecer en el Cáucaso
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Amanecer en el Cáucaso
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Amanecer en el Cáucaso
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Descanso en la última parada, ya me siento mejor
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Vista hacia el Coll desde el último descanso
37.jpg (142517 bytes)Vista de la Cumbre Este desde el último descanso 38.jpg (81808 bytes)En la Cumbre 39.jpg (108750 bytes)En la Cumbre con Igor y Jason 40.jpg (96782 bytes)Vista desde la Cumbre

Vistas desde la Cumbre
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Vistas desde la Cumbre

Vistas desde la Cumbre
 
 
 
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