Fotos y Relatos
de Excursiones |
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| Expedición al Nevado del Chañi 5.896 mts. - Jujuy Octubre 2008 |
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Con ningún otro equipo que no fueran ustedes me hubiera largado a hacer una expedición como la que hicimos al Chañi. Solamente la confianza que ustedes me inspiran me animó a aventurarme a esta travesía. Y una vez más, la experiencia valió la pena. Fueron diez días plenos de colores, de sol, de agua, de esfuerzo, de compañerismo, de incomodidades, de estrellas cercanas, de frío, de calor, de piedras, de historias, de Historia, de risas, de añoranza, de sueños entrecortados y de metas alcanzadas. Fueron diez días tan plenos, que todavía no terminamos de vivirlos. Y acaso no terminemos nunca, porque estoy seguro de que en cualquier instancia de nuestras vidas descubriremos nuevos aspectos de aquellos paisajes. Alguna vez leí que viajar nos permite ver nuestra propia vida desde afuera. Creo que, en este caso, la pudimos ver desde afuera y desde arriba. Y eso, cada tanto, resulta muy necesario.
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Guillermo Guehenneuf |
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Pensar que esta historia empezó en Mayo de 2008, cuando quise ir al primer Chañi pero después se complicó todo y no fue asi... pero la perseverancia pudo más y la oportunidad llegó en Octubre. Tal como comentaba al cierre de la Expedición, como meta personal me impuse llegar a Ovejeria (3.600 mts). ¿Porqué Ovejeria?... Por que me habían dicho que es un lugar fantástico, por su gente, y por que quería disfrutar de los días de trekking. Pero con el correr de los días las metas fueron cambiando, por que fue una gran emoción llegar a Ovejeria, así como cada escaloncito que dábamos para arriba era motivo de lagrimas por que significaba una superación personal cada vez, algo a lo que nunca pensaba llegar. Así transcurrieron los días entre camaradería y despedidas... hasta que llegó el día de Cumbre, donde arrancamos a la madrugada y volví a sentir la magia de caminar por la montaña en el medio de la noche. Ya de día el acarreo hizo que la subida se haga sentir, más aun después del abra... hasta que después de 7 horas de caminata y un clima ideal llegamos a la cumbre, donde de una forma u otra estaba todo el grupo; una cumbre muy pequeña comparada con semejante montaña, aunque muy grande en emoción... casi que era increíble estar ahí arriba. Esta es una experiencia que no podré olvidar... se comparte mucho en diez días, y todo fue posible gracias al Grupo donde cada uno aporto lo suyo, gracias a los guías de ALTO RUMBO y gracias a la Montaña que nos regalo un día inmejorable de cumbre. Será hasta el próximo desafío!!
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Adrián Domínguez |
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Un 30% menos de oxígeno en sangre es de por sí un punto de observación diferente, se camina distinto, se apetece de otro modo, se escucha la respiración propia como si se formase parte de un ritual de alguna tribu africana y nos moviésemos en el polvo que se eleva y cae sobre la superficie de cuero del instrumento de percusión cuando manos negras lo golpean rítmicamente. Y cada limitación que se suma a la intensidad del peligro es un aditivo que dibuja una cínica sonrisa en el rostro. El coqueteo con la muerte tiene un refinado trasfondo sexual, sólo la líbido podría cedernos esa energía que convertimos en acción absoluta. Nos desperezamos y bostezamos un trastorno químico, un desequilibrio orgánico que persigue el equilibrio de las ideas, un desequilibrio de las ideas que persigue el fortalecimiento físico y psicológico.
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Leandro Martínez Vitale |
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| Quiero agradecerles a Alto Rumbo por una expedición inolvidable. El Nevado del Chañi, es un desafío para pocos. No solo demanda una gran resistencia y adaptación a la altura, sino la suficiente fuerza de voluntad para sobreponerse al constante requerimiento de más entrega de reservas físicas y mentales. Pocas cumbres de América piden tanto a cambio de su cima. El nuestro resultó ser un excelente grupo de entusiastas trekker's, el clima nos regaló su calma en los momentos precisos, pero la clave para que muchos de los participantes lograran la cima, es sin duda el profesionalismo de quienes nos guiaron, alimentaron y cuidaron en la experiencia. No quiero abundar en elogios para que no pierdan su maravillosa humildad, pero vayan los siguientes. Gracias a los Guías que me alentaron, me enseñaron y me aliviaron del peso transportado para que pudiese seguir el ritmo del grupo; gracias por ayudar al integrante del equipo a descender a salvo con su M.A.M., Gracias por cuidar de todos, por trabajar incansablemente por la expedición, por llevar a la cima a quienes tenían resto y con ellos a todos los que no pudimos con todo el camino. Lo hicieron con maestría. "Complicado el cerrito" -la frase de mi hijo cuando vio la foto del Nevado-, resultó ser una escueta y acertada definición de esta maravillosa mole jujeña. Saludos a todos y adelante. |
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Jorge Burton |
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| Misceláneas de la Expedición |
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