Excursión al Champaquí: Grupo Abril 2004
Experiencia 009  

"La lucha es de igual a igual contra uno mismo, y lo importante es ganarla". La irónica "frase célebre", pegada en una de las paredes del Refugio Escalante -"dulce hogar" de intrépidos montañistas- sintetiza las vivencias de la excursión al Cerro Champaquí.
Con sus casi 2.800 m., la "cumbre de Córdoba" nos expone durante tres días a la división de nuestro ser en dos: por un lado disfrutamos sus hermosos paisajes, sus cristalinos arroyos, sus praderas inmaculadas, sus cavernas misteriosas. Por el otro, el precio que la seductora mole de piedra impone: el cansancio, el dolor muscular y el miedo; indeseados acompañantes. La hermosura del entorno se funde con la exigencia lacerante de llegar a la cumbre. No parece fácil explicarlo, pero la mayor enseñanza de la montaña es que en ella, como dentro de nosotros mismos, conviven elementos opuestos, lo bueno y lo malo. Y el desafío real no es vencer a la faceta oscura, sino aprender a convivir con ella. Se trata de entender que nuestras limitaciones siempre van a estar allí, pero si nos animamos podemos avanzar; y no de ganarle al miedo, al cansancio, a la montaña ni a nadie. No hay vencedores al final del camino, sino 42 voluntades y una montaña que compartieron la aventura con respeto, humildad, entrega, solidaridad, y camaradería.
Bibiana Iglesias

Disfruté cada segundo en el Champaquí, es el lugar más impactante que conocí en mi vida, uno encuentra ahí todo lo que va a buscar, paz, descanso, aventura, acción ... Todo!!! No me alcanzan las palabras para describir lo que viví ahí. Realmente vale la pena el esfuerzo.
Pablo Nieva

Sinceramente va parecer una frase hecha, pero no hay otra, es increíblemente fabuloso y como todo mágico, difícil de transmitir la sensación que uno tiene en esos tres días de aventura.
Si!!!, lo volvería a hacer por supuesto!!!!!, porque negarse o porque negar la magia.
El contacto que tenés con esa maravilla de paisaje es una imagen que no se te borra y que en fotos no es suficiente para verla.
La pase espectacularmente bárbaro!!! Agradezco a los 41 aventureros que me acompañaron, especialmente a mis piernas. Verónica Saita

El Champaquí es algo extraordinario, una belleza impactante, el verde, la piedra, las nubes, la pureza del aire, el agua de los arroyos, todo, absolutamente todo, sin olvidar el condimento especial llevado a la cima por el excelente grupo y los dos mejores coordinadores del cerro. Uno va con muchas ganas, con el afán de lograr el objetivo de llegar a lo más alto, y se da cuenta de que no es sólo eso, sino que también se trata de compartir algo tan apasionante con los demás "compañeros de aventuras", ya sea en el ascenso, en la mesa, en la ronda del mate, en el cole, etc, etc..., y volver a casa saltando de alegría por todo lo vivido, esperando que se vuelva a repetir. Una experiencia inolvidable. Gracias Miguel y Florencia por compartirlo con nosotros.
Matías Milesi

Acariciar con impulso la roca gastada
Descubrir un sendero distinto en medio de lo igual
Seguir la ruta y a la vez hacer el propio camino, el decir de la vida
Sumar fuerzas al subir porque habrás de repartirlas al no poder


Devolver el color a las respuestas a uno y preguntas al otro
Declararse invencible y servirse de ejemplo de aquí en más
Encontrar la inmensidad en la montaña y la pequeñez en uno mismo
Descansar al reparo de la humanidad mientras te bendice la naturaleza


Hermanarte a una nube, confundirte al natural
Mientras se suman amigos sin condiciones, sin preguntar
Saber que el requisito no es recibir porque se da
Enterarse y enterarte como es que vuelve cuando se va


Realizar un sueño archivado, ponerle marco y colgarlo en el alma
Pedirle que te espere a la cruz de la cima
Sin anunciar orgullosamente que has llegado
Más bien pronunciar en voz baja y humilde que seguramente volverás
Mariano Mataloni

"Que el todo es mayor que la suma de las partes ya lo sabemos. Pero cuando esas partes son realmente buenas, el todo es excelente!!!! Cuarenta partes confluyeron en una rueda trepadora excepcional. El Champa nos ofreció su inmensidad, su paz, su imponencia y su belleza. Al principio el precio pareció caro: cansancio, calor, dolores musculares y transpiración a granel. Pero logramos un mejor acuerdo cuando descubrimos que no había que vencerle, sino interactuar con él; que la cumbre no era sólo un objetivo sino la conclusión de un montón de capítulos. El Champa nos dejó conocerlo, disfrutar de él, nos acompañó y nos pidió que le entregásemos nuestro mejor espíritu. Paso a paso como en la vida, cuarenta espíritus en conjunto mantuvieron la motivación para entregar un todo maravilloso ....y el Champa pagó con creces. Fue una experiencia increíble, la mayor demanda física que viví, la mayor demanda interior que viví, la mejor retribución que recibí... naturaleza en estado puro.... el hombre en su mejor esencia... Gracias Champa!!!... Gracias a todas las partes por permitirme ser parte!!!... Porque ya nada será lo mismo... Porque valió la pena!!!!"
Gustavo Villegas

Es unos de los lugares más lindo en los que en mi corta vida estuve, la montaña mi hizo olvidar los problemas, y medio soluciones, es algo impactante, estar permanentemente en contacto con la naturaleza, sin teléfonos que suenen, televisión, sin Internet, sin nada que perturbe ese majestuoso lugar, la del Champaquí fue una experiencia hermosa que cuando tenga la oportunidad lo voy a volver a subir, esos 3 días fueron excelentes, y las 42 personas con las que tuve el agrado de compartir estas experiencia, se prestaron al máximo para que salga todo bárbaro.
Ignacio Achkar

Para todos aquellos que quieran cumplir un sueño, vale la pena el esfuerzo de llegar a la cima, se vive algo inexplicable, no solo el poder ver el sol desde la cima sino también los paisajes que nos muestra la naturaleza en todo el camino, los distintos colores y maravillas que solo existe en una "aventura como la del Champaquí". Para mi es otro ¡¡SUEÑO CUMPLIDO!!!. Gracias a todos los "viajeros", a Flor y Miguel que supieron llevar adelante a 40 personas de distintas edades que hasta ese momento de la partida no se conocían, a los chicos que me insistieron para entrar a conocer el río oculto porque me había invadido el miedo. En esta "AVENTURA" uno sale de los problemas que vive y te das cuenta que ESTAMOS VIVOS!!! UNA EXPERIENCIA DE VIDA QUE VALE LA PENA VIVIRLA.
Silvana Neuman

Avanzar sin puntuación, sin signos de pregunta, como dejando que la narración del entorno avance en el caos de su aparición, casi irrumpiendo violentamente, en la escalada por paisajes que desbordan las piernas y las expectativas...
Así imaginaba que iba a ocurrir: sentir lo sublime, acariciar lo maravilloso que puede ser un lugar. De eso se trata aquí: de un buen lugar que nos ayude a encontrarnos -aunque nuestro ser esté siempre en fuga. Pero seguro que ahí quiso ponernos la intimidad para gozar de su lugar; y aunque hubiera bullicio, supongo que era la mejor música de fondo posible, cuando las estrellas se asomaban detrás de un cielo tan ilimitado.
Compartir una experiencia de viaje, una estancia por aquellos lugares que nos ayudan a vivir.
No descendamos nunca, aunque ya no estemos en el Champaquí. Sigamos subiendo, invocando los fuegos que centellean en una Córdoba cálida.
Y como alguien me dijo: "... hay que regar la soledad para que le crezcan brazos ..."
Soledad Méjico

Estar en las sierras del Champaquí es perderse en la inmensidad de la montaña y sentirse dentro de ella, con el respeto y la admiración que ello significa. Es estar segura, respaldada y acompañada por ese paraíso natural que vive unos días con vos.
Cintia Guasco

Una mezcla de emociones, cómo poder describir algo que llamas "ese que se yo"?
Sólo para exquisitos, en busca de esa aventura distinta que tratan de escapar de la maldita rutina cotidiana. La falta de recursos que engañados creemos tan necesarios en estos tiempos que corren, nos hacen valorar las pequeñas cosas que a veces no vemos enceguecidos en la gran ciudad donde corremos sin poder avanzar, buscamos pretenciosamente grandes lujos y comodidades sin motivos alguno, sólo para estar a tono con lo que nos rodea. Donde contaminamos no sólo el medio ambiente, sino que también el principio del ser humano, el respeto, la solidaridad, y hasta la confianza de lo que uno puede ser capaz de hacer.
Estar a casi 3000 mts. De altura, a largos km. de un diminuta villa con mínimos servicios, entre un pedregoso camino que no se abre paso a cualquiera, donde tan sólo tienes que convivir con lo simple y sano que nos brinda la naturaleza. Es ahí donde una cae en la realidad del tremendo valor de las mínimas necesidades del ser humano, la naturaleza, que tan sabía es y aprender a convivir con uno mismo.
Sólo cierro mi reflexión con una frase que tanto conocerán, pero muy poco a veces ponemos en práctica y dice "Cada desafío que la vida te presenta encierra una lección de sabiduría para vivir mejor. Tu tarea es descubrirla".
Hernán  Ricca

Buscamos darle una pizca de aventura a nuestro viaje por las sierras de los comechingones, y en 3 días nos desbordamos de desafíos personales en la naturaleza cordobesa.
Al cargar agitados nuestras mochilas tantas horas de caminatas, disfrutar con todos los sentidos la inmensidad del paisaje de las sierras, es casi natural sentirse integrante de la tribu legendaria de los comechingones.
Eso es por luchar a cada minuto contra el calor del sol, las ampollas de los calzados, las molestias de las mochilas, la falta de aire que nos hace abrir la boca y sentir nuestra fuerte respiración y el lub duc del corazón que parece explotar.
En cada arroyito se carga agua, se contempla lo caminado y lo que falta andar, se comparten los cansancios, se alivian las espaldas al descargar los pesos, y mientras renovamos fuerzas los valles son testigos de nuestro orgullo por desafiar al que marca el paso y a nuestro místico interior. Seguimos andando y todos los rostros dibujan un conjunto de esperanza por llegar a la frontera entre el cielo y la tierra y elevar los brazos como símbolo de haber triunfado en este round a 2.790 msnm.
Estamos en la cima, las fotos congelan esta fascinación especial sobretodo cuando nos rodea la niebla, es que EL CERRO CHAMPAQUÍ TIENE UNA DIMENSIÓN HACIA EL CIELO.
Karina Guzmán

Sentirse seguro, saber que alguien te dará una mano si tropiezas, saber que alguien te animará a seguir, saber que alguien te "guiará", es fundamental al momento de decidir hacer cumbre. Hoy fue el cerro Champaquí, y Miguel y Flor los que nos marcaron el sendero. No sólo el del champa, sino el nuestro a seguir haciendo cumbres, a seguir explorando la vida natural, a seguir por más. Porque podemos y sabemos que sentiremos esa sensación de flotar entre las nubes, de nadar entre el cielo y la tierra otra vez más.
Paola y Maximiliano Blanco
De San Nicolás recién casados y bendecidos por Dios allá arriba tan cerquita de Él.

Como es lógico en estos casos multitudinarios, uno interacciona más con unos que con otros, pero sin duda, todos contribuyeron a la atmósfera muy agradable que se vivió en la travesía. Por supuesto que Florencia y Miguel aportaron su don de gente y experiencia para que ello fuera posible. También fue muy bueno el rendimiento físico general que, sin sobresaltos, mantuvo la homogeneidad del grupo. Muchas gracias por haberme hecho sentir tan bien ¡Qué grupo!
Por último, una reflexión sobre lo estimulante que fue esta experiencia donde se mezclaron sensaciones lo más cercano a la paz y libertad que uno puede imaginar. Espero que a todos les haya parecido tan valioso como a mí y en especial a mi nieta Agustina, a quien le agradezco especialmente su compañía.
Carlos Cangiano

Gracias a ustedes por los tres días hermosos que nos hicieron pasar.
Gracias al grupo, por la solidaridad y el compañerismo brindado.
Gracias al Champa por su belleza,
Gracias al Barba que nos cuido.
Gracias a nuestros pulmones y piernas,
Solamente gracias a todos. QUE GRUPO!!!!!!!!
Angel Menichelli