Excelente experiencia superó todo lo que tenia en mente desde la hermosura del paisaje hasta las comodidades del refugio. La comida excelente el trato mas que excelente. Los guías se pasaron!!!! Personas increibles sin problemas para nada explicando donde estabamos y mucha historia de todo y siempre con una sonrisa. Ver eso y saber que lo disfrutan no tiene precio. Saludos y nos vemos dentro de poco...
Fabian Dupuy

“Esta primavera de …he salido de ese letargo en el que involuntariamente estaba sumido. Ha sido dinamitado, ha saltado hecho añicos el espeso y destructor sueño urbano. No quiero volver a saber nada de carreras universitarias, ni de sus aburridos profesores. “ (Etc, etc) “ He despertado a la vida que quiero. No sé si la he elegido yo a ella o más bien ha sido al revés. Pero ha sucedido y ahora he descubierto un camino, que será el mío.
Soló tengo que seguirlo.” Palabras de Iñaki Ochoa de Olza, extraídas del Libro Bajo los cielos de Asia.
El Champaquí una vez más me mostró el camino, y me puso en el sendero que me despierta. Gracias por tanto!!!
Juan Pablo Santamarina

Cumpleaños muy feliz!!! .. El solo hecho de poder pasar mi día de cumpleaños en Champaquí me hacía muy feliz. Pero... durante estos tres días,, me acomapañaron mi querida amiga Ariana, mis amigos de Alto Rumbo quienes son mis maestros de montaña y mi familia del alma, y los nuevos compañeros de senderos que conocí allí. Me hicieron extremadamente feliz... No tengo palabras para agradecerles a todos, "MUCHAS, MUCHAS GRACIAS!!!". La montaña me ayuda a adquirir el coraje, y el confianza, a vencer miedo y crecer... Pero yo sola NO lo puedo hacer... pero Sí JUNTOS. Gracias por acompañarme siempre Alto Rumbo..
Aki Okada

Primero felicitar a los guías por el laburo incansable. Soy profe y me toca coordinar campamentos, se lo que significa estar disponible el día completo a disposición, y que muy poca gente es capaz de estar realmente en ese punto de atención. Uds lo lograron con los 3 guías. En algunas ocasiones me sentí mal por ser "servida" constantemente en las comidas, hubiera preferido que me dejen levantar la mesa aunque sea así sentía que aportaba con algo. Los chicos pobres apenas tenían tiempo para sentarse a comer.
Todo lo otro es la maravilla de las sierras.
Finalmente, de repetir otra salida (que tengo unas ganas bárbaras), trataría de congeniar con un grupo donde el estado físico sea más parejo y no tengamos que hacer tantas paradas. Si bien disfruté el 100% del fin de semana, si lo hubiera hecho a mi ritmo, podría haber estado más tiempo disfrutando de algunos lugares particulares del camino que tenían grandes vistas, o llegar antes al refugio para salir a caminar y tomar unos mates afuera, etc.
Pero claramente el hecho de ir en grupo implica respetarnos a todos y mancomunadamente alcanzar un objetivo. Esos también son aspectos muy valiosos en estas actividades.
Paula Pitzinger