Fotos y Memorias  
Llullaillaco
Noviembre 2014
Temporada 2013
Experiencia 386  

Hace más o menos un año escribí un artículo relacionado con “El Coraje” en la cual expresé “El coraje, valor o valentía es una virtud humana, que se puede definir como la fuerza de voluntad que puede poseer una persona para llevar adelante una acción a pesar de los impedimentos. Dichos impedimentos generan miedo; el coraje es la habilidad de sobreponerse a dichos miedos y perseverar con la acción que se pretendía realizar. ¿Qué estamos dispuestos a poner en juego con tal de conseguir lo que deseamos? - ¿Frente a qué situaciones habrá que desplegar todo nuestro coraje potencial? - ¿De qué seríamos capaces?.

Esta pequeña introducción es simplemente para poder explicar porque a 5900 msnm en el campamento 2 encontrándome en un estado óptimo tanto física como mentalmente y luego de haber dado el OK para salir a las 0500 hs para el intento de cumbre no lo hice, es simplemente porque me faltó coraje. Seguramente el guía atendió luego mis explicaciones que sonaban más a excusas sin fundamentos y las cuales supo entender dado su experiencia en montaña como su conocimiento de mi personalidad, por eso entiendo los comentarios que me hizo luego del intento de cumbre, seguramente debo trabajar mi carácter en el coraje para poder en el futuro poder afrontar situaciones difíciles que nos plantea la montaña.

Esta expedición la podemos dividir en dos etapas.

La primera es el viaje de aproximación que implicó un desplazamiento de 1200 Km en total de ida y vuelta a Salta, un viaje literalmente espectacular, lugares asombrosos que nos hacía pensar que nos encontrábamos en otro planeta, es difícil de explicar las vivencias de esta etapa, por los pueblos que pasamos (San Antonio de los Cobres y Tolar Grande) la gente nos demostró con el ejemplo que la humildad de sus disponibilidades poco tiene que ver con la dignidad, mostraron la mejor disposición y nos brindaron lo mejor que tenían, todo un ejemplo. El traslado en las camionetas 4x4 fue una experiencia que les recomiendo a todos y seguramente al igual que los integrantes de esta expedición será difícil de olvidar.

La segunda es el ascenso al Volcán Llullaillaco, en mi opinión se realizó una excelente planificación en la parte logística como en los desplazamientos y tiempos de descanso, agradezco el día de descanso que nos dieron a los más viejitos cuando hubo que desplazar equipo al campamento 1. Las experiencia vividas en este ascenso son hermosas, las vistas de la montaña y la contemplación de los paisajes es incomparable, la estadía en el campamento 2 y el descenso impecable, mis felicitaciones a quienes decidieron iniciar el intento de cumbre con una temperatura de más o menos 20 grados bajo cero y a quienes pudieron llegar a la cumbre.

En conclusión una experiencia inolvidable entregada por los amigos de Alto Rumbo, por ello mi eterno agradecimiento a cada integrante.

Como siempre digo “Seguramente con mis compañeros de esta expedición nos volveremos a encontrar en nuevos senderos diseñados por Alto Rumbo que hagan cumplir nuestros sueños de montaña”.

Amigos gracias por permitirme estar.

Un abrazo a todos Juan Vries

 

En el año 1999 Johan Reinhard, un antropólogo americano descubrió en la cumbre del Volcán Llullaillaco, en Salta, tres momias Incaicas, que habían sido enterradas hace 500 años. Las momias estaban en perfecto estado de conservación y son hoy las momias mejor conservadas hasta el momento. Junto a cada momia se encontraron múltiples objetos rituales incaicos. Además de las momias, en el volcán, se encontraron múltiples construcciones Incaicas de piedra y madera a diferentes alturas.
El volcán Llullaillaco fue una montaña sagrada para los Incas. Se supone que el sacrificio ritual de los dos niños y la doncella fue debido a una gran sequia que azotaba el Imperio Incaico. El volcán siempre presenta nieve en sus laderas (su nombre significa agua mentirosa)y sus cumbres nevadas se ven desde grandes distancias. Los Incas suponían que un sacrificio en la cumbre apaciguaría la sequia. La comitiva fue ascendiendo por la cara noreste de la montaña, donde los refugios de piedra con fogones les permitan pernoctar y apaciguar las gélidas condiciones climáticas a esa altura. La mañana del sacrificio, en el refugio mas alto, que esta a 6700 metros los niños y la doncella bebieron un preparado, que seguramente fue chicha, el cual junto con la altura y el frio imperante los transporto al mas allá. Los cuerpos y los objetos rituales fueron enterrados en la cumbre de la montaña, en un lugar de vista privilegiada, muy cerca de los dioses.
Llegar al volcán Llullaillaco significa una sola palabra, Expedición. La montaña esta en la Puna salteña, en el límite con Chile. La base esta a aproximadamente 400 km de San Antonio de los Cobres.
Salimos en dos camionetas doble tracción desde Salta con todo el equipo necesario (alimentos, agua y combustible) para afrontar días y kilómetros de Puna.
Primero fuimos a San Antonio de los Cobres para empezar la aclimatación, San Antonio se encuentra a 3800 msnm. La agitación al apurar el paso nos afectaba a todos. Después de dos noches ahí fuimos a subir el Volcán Tuzzgle, de 5530 metros, que esta a unas dos horas de San Antonio. El camino pasa por debajo del famoso viaducto de la Polvorilla. Es increíble ver las coladas de lava en las laderas del volcán. Con buen tiempo y frio alcanzamos la cumbre luego de unas seis horas de Ascenso. Este volcán esta bastante aislado y desde su cumbre ofrece una vista maravillosa de las montañas de los alrededores y de los salares que hay en la zona.
Al día siguiente emprendimos camino hacia el pueblo de Tolar Grande, que esta en medio de la Puna. Yo imaginaba un camino árido y aburrido, y me encontré con paisajes increíbles, de diferentes colores y formas. Atravesar el desierto del diablo y sus curvas sacan el aliento con su belleza y inmensidad. Antes de llegar a Tolar, en un salar cercano, encontramos los famosos Ojos de mar, que son formaciones de agua turquesa, dentro de las salinas.
Dormimos una noche en Tolar, que fue parte de el circuito ferroviario que cruzaba a Chile por el paso Socompa. A la mañana siguiente continuamos nuestro camino, cruzamos el extenso salar de Arizaro, uno de los mas grande del mundo, y pasamos por otra estación ferroviaria abandonada hace unos 15 años, Caipe. Hasta aquí se traía el azufre que se sacaba de la mina La casualidad, actualmente un pueblo fantasma que esta a 60 km de la estación ferroviaria de Caipe. En la Mina la casualidad vivian mas de 1500 personas, todavía encontrando montículos de azufre a los costados de los caminos.
Desde allí ya se puede apreciar la majestuosidad del Volcán. En el camino a la base del Llullaillaco esta el salar del mismo nombre, donde cruzamos vicuñas y Flamencos rosados que disfrutan del agua que sale de las vertientes subterráneas de la montaña mezclandose con las salinas.
Llegar al campamento base, a 4900 m, requirió dar un gran rodeo a la base del volcán y subir senderos escarpados y pedregosos en doble tracción.
Ya en el campamento de 4900 armamos las carpas y empezamos a ver alguna ruinas incas. La montaña ya estaba mas cerca. Al día siguiente subimos al campamento 1 a 5500 metros para trasladar equipo, aclimatar y luego bajar de nuevo al campamento base a dormir.
Luego de una noche fría y ventosa subimos al campamento uno, que no tiene mucha protección del viento. A pesar del sol fuerte, el viento frio hace difícil estar fuera de la carpa. Las nubes ya están casi al alcance de la mano. A esta altura las temperaturas bajo cero adentro de la carpa son una constante. Después de una noche tranquila iniciamos el ascenso a campamento 2 a 6000 msnm, con día nublado y ventoso, seguimos atravesando en nuestro ascenso ruinas del camino incaico que sacan el aliento.
La lagunita, o campamento 2 es un lugar parcialmente resguardado, pero muy inhóspito, el frio y el viento constantes nos hacen recordar donde estamos intentando armar campamento.
Al otro día, los que estábamos en condiciones, intentamos al amanecer el ataque a la cumbre. En la carpa el termómetro marcaba 14 bajo cero, habia que poner empeño y voluntad. El ascenso es difícil, es Volcán, y eso significa piso blando y piedras sueltas para ascender. La pendiente alcanza en algunos lugares 40 grados y el frio y el viento nos acompañan sin descanso. Luego de varias horas de ascender llegamos al portezuelo a 6550 msm, donde otras dos construcciones Incas asombran por su ubicación y estado de conservación. El Oxigeno es escaso y la altura se hace sentir con rigor. Intentamos la cumbre con uno de los guías. En el camino se nubla y empieza a neviscar, los pasos son lentos y pausados, pero seguimos firmes camino a la cumbre. En un momento se despeja y llegamos a las construcciones Incaicas de los 6700 metros, mi corazón se acelera, no esperaba verlas, una de la chozas tiene el dintel de piedra en la puerta y ramas en su interior. Estamos a pocos pasos de la cumbre sagrada, donde estaban enterradas las momias. Estando ahí arriba entiendo el sentimiento del sacrificio. El lugar es realmente sagrado, se impone el respeto y la admiración. Estamos mas cerca del cielo, no hay duda. Solo quedaba llegar a la cumbre deportiva, unos 30 metros mas arriba, subiendo formaciones de granito y firmar el libro de cumbre.
La felicidad es plena y completa, las emociones brotan solas, 6740 metros, en la montaña sagrada de los Incas, un sueño hecho realidad.
Al caminar por estas laderas nadie puede dejar de preguntarse como hicieron los incas para construir a esa altura, estar a esas alturas y menos aun como soportar el clima inclemente de la montaña. Nosotros con el mejor equipamiento técnico sufrimos del frio y las inclemencias. Es difícil expresar con palabras las sensaciones en ese lugar del mundo.
Había que bajar, estábamos cansados y con poca agua, el descenso es lento. Las gotas de agua que tomo nunca se derriten en mi campera. Volvimos al campamento de 6000 donde nos esperaban con agua y comida. Esa noche el frío nuevamente nos acompaña con 9 grados bajo cero en la carpa y todo congelado. La excitación de lo logrado y el poco oxigeno no dejan dormir. Sólo la sonrisa de felicidad no se va de mi rostro. El reconocimiento a la fortaleza y capacidad de los incas no tiene fin. Entiendo mejor ahora como construyeron un imperio.
Al amanecer levantamos carpas del campo 2 y empezamos a bajar al campamento base donde nos juntamos con el resto del grupo. Abrazos y sonrisas se reparten por igual.
Pasan los días y no puedo dejar de pensar un minuto en los niños sacrificados hace mas de 500 años, sus miedos, sus pensamientos y sus sentimientos acerca de lo que estaban viviendo. Toda una historia real de la cual ya me siento parte.
Las momias estan expuestas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña , en Salta. Una historia increíble y un sueño realizado.

Joaquin Vergara Schultz

 

 

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