Viva Bolivia !!!!!!!!!!!!!!!!
Hemos pasados unos días intensos tanto en lo físico como en lo emocional, en particular ya desde la salida de Bs As en BOA (Aerolíneas Bolivianas) que nos trataron con su particular atención, el remisero que me indicó la propina que se debe entregar y los recuerdos del hotel que ocupamos en el 2012.
Ya con la conformación del grupo completo, con mi señora Liz, nos volvimos a encontrar con los jóvenes viejos guías de Alto Rumbo, Ana que hacía 5 años que no nos veíamos (lo que nos costó ese Chañi), el Sr. Doctor (Raul) y su señora (Bibi), no nos veíamos casualmente de la última vez que estuvimos en Bolivia (Huayna Potosí - 2012), el chileno Marcelo (no nos vemos desde el Lanín 2006 – 8 años) y el purrete nuevo (Dr. Gustavo) que no la pasó muy bien los dos primeros días en La Paz. Nos encontramos nuevamente con el amigo Hugo de La Paz, siempre atento y preocupado para que todo salga de la mejor manera posible y con seguridad en la salida de alta montaña.
Los días de aclimatamiento en el refugio de montaña de Hugo pasaron rápido y con matices de caminatas, entrenamiento y práctica de cuerdas en hielo, conocimiento de los guías bolivianos, festejo de cumpleaños de Liz (fiesta internacional – uruguayo, bolivianos, suizas, chilenos, argentinos y hasta había santiagueños y cordobeses), todo en un clima de natural relación de afectos entre todos.
Cuando cambiamos de ambiente y partimos hacia el Ilimani, la ansiedad y el saber que empezaba concretamente el objetivo nos puso un poco en tensión (natural), a medida que nos aproximábamos al coloso del Illimani no dejábamos de asombrarnos de los lugares y pueblos por donde pasábamos.
La llegada al primer campamento (4500 msnm) nos ubicó al pie del coloso, con un paisaje maravillosos tanto mirando hacia la cumbre como hacia la ciudad de La Paz la cual nos sorprendió con sus luces nocturnas en el horizonte (maravillosos), allí terminamos de conocer a los restantes guías bolivianos.
Al día siguiente (un día exigente – superar 1000 msnm de desnivel), tardamos 7 horas y media en alcanzar los 5500 msnm, la verdad es que nos costó bastante y hubo que hacer un esfuerzo importante pero con las características físicas y espirituales del grupo, todos llegamos al campamento base, un lugar increíble en la base del glaciar (se imaginan el blanco absoluto, ese es color del glaciar).
En el caso particular venía arrastrando una situación estomacal bastante complicado desde hacía varios días lo que hizo que en el campamento base haya tomado la determinación de permanecer ahí y no intentar atacar la cumbre.
A la madrugada del Viernes 25, cinco integrantes del grupo partieron hacia la cumbre, pronto el rigor del glaciar y el clima hicieron que tuvieran que volver al campamento ya que la huella se tapaba por la tormenta de nieve y no se podía reconocer el sendero y se corría el riesgo de caer en alguna grieta.
El descenso también tiene su particularidad ya que como había nevado la laja estaba en algunos lugares congelada y se debía bajar con la seguridad de cuerdas, todo un tema.
La cena en La Paz (sábado a la noche), nos sorprendió en un restaurante argentino comiendo asado y haciendo el resumen de los días pasados, las experiencias, enseñanzas y situaciones ocurridas.
He aprendido que la montaña debe ser afrontada de tal forma que se debe dar el máximo esfuerzo posible, cumpliendo con las medidas de seguridad y todos sanos a la vuelta. Creo que es un buen resumen de lo que aprendí “máximo esfuerzo y todos sanos”.
No quiero dejar de expresar un comentarios para los guías bolivianos que hicieron su trabajo en forma impecable, siempre colaborando y dándonos seguridad al grupo.
Pasado 7 días y ya en Bs As, estoy extrañando la montaña, es un lugar mágico donde uno se olvida de lo cotidiano y es absorbido por la naturaleza.
Nuevamente viva Bolivia !!!!!!! – que feliz que me hiciste sentir !!!!!!!!!
Como broche de la salida, el domingo 27 en el aeropuerto de La Paz a las 5 de la mañana más o menos vino Hugo a saludarnos, todo un detalle del organizador, a sabiendas que él estaba pasando una situación familiar complicada.
Les agradezco a todos por estos días pasados, como otras salidas quedará guardada en la memoria como los recuerdos felices de esta vida.
Como siempre un agradecimiento eterno a los amigos de Alto Rumbo por hacer realidad nuestros sueños y por permitirme estar.
Un agradecimiento especial a mi mujer por seguirme en mis aventuras.
Seguramente nos volveremos a encontrar en otros senderos que Alto Rumbo nos marque, en el mientras tanto, entrenar y extrañar.
Un afectuoso saludos a todos.

 

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