Estoy feliz de haber formado parte de la primera travesía a la bellísima quebrada del Yatán. Nuestros guías, como siempre, hacen que todo salga bien. Hasta el clima ayudó mejorando increíblemente después de un diluvio. Y qué decir de Roberto, el guía local, que se transformó casi en un héroe de la infancia cuando apareció, ya entrada la noche, sin su corcel, sin que haya luna, sin espada, hasta sin linterna!, pero con EL CORDERO, que a esa hora se había convertido en una especie de objeto de deseo colectivo. Y además lo cocinó en tiempo récord (y estaba riquísimo!). Me divertí mucho y estuve feliz otra vez de que me acompañaran mis hijos. También de haberme encontrado con amigos de otros paseos, Mario, Daniel y Marcelo, y en especial con Eduardo y Adrián, con quienes ya compartí tres viajes. Y un GRACIAS especial a TODOS mis compañeros por la buena onda y el aguante cuando me esguincé y se repartieron el peso de mi mochila. Un abrazo a todos y espero encontrarlos en otro paseo.

Querido Alto Rumbo, esta travesía fue sencillamente hermosa, como a las que ya me acostumbrado a hacer con ustedes, unos paisajes espectaculares acompañado de muy linda gente, un grupo genial y dos guías de lujo. He pasado tres días fantásticos, muy divertidos, disfrutando toda la experiencia, desde los cóndores de la quebrada hasta el paseo por la cumbrecita, todo, desde ya muchísimas gracias, eternamente agradecido, y ya nos veremos en la próximo viaje, un abrazo enorme.