Ya ha transcurrido un mes y medio de la experiencia más importante que he tenido en la montaña. A 5600 metros, acariciando la cima del gigante jujeño, el frío glacial nos congeló el deseo de coronar la cumbre. Pero es sólo una anécdota en una expedición que se vivieron momentos felices pero también dramáticos. Quizás una de las conclusiones más valederas de este viaje lo resume Jon Krakauer en el libro “Mal de altura”: "Entre todos los razonamientos surgidos a posteriori, es fácil perder de vista el hecho de que escalar montañas nunca será una actividad segura, predecible ni sujeta a normas". Por fortuna, los inconvenientes que atravesamos, especialmente los problemas de salud de algunos compañeros, se sortearon finalmente y hoy podemos recordar esos maravillosos 8 días con una sonrisa y un poco más de experiencia en alta montaña. No hay dudas que será una bisagra en esta pasión que he abrazado en los últimos años y seguramente intentaré hacer crujir nuevamente mis grampones en la cresta del Chañi. Un saludo a los ocasionales compañeros que tuvimos en esta travesía por conformar un grupo con muy buena onda y a los cuatro guías de Alto Rumbo por su profesionalidad. En tanto, espero con ansiedad volver a escuchar "mochilas arriba ...", la frase que marca un nuevo desafío.

"Quizás, en esta era de conquistas mecánicas nos habíamos vuelto un poco arrogantes con la flamante tecnología de ganchos para hielo y zapatillas de goma. Habíamos olvidado que la montaña sigue reservándose la carta definitiva, y que sólo concede el éxito cuando así le conviene. ¿Por qué, si no, sigue siendo fascinante el montañismo?" Eric Shipton, en 1938. Upon that.

¿Qué me dejó el Chañi?

Un grupo HUMANO maravilloso. Rolo que nunca perdió la simpatía y la cordialidad.
Carlos que venia siempre "DE PRIMA" aun sin ver. Virginia que nos agradecía a nosotros por estar ahí.
La cooperación, la paciencia de todos...

Volvemos a tomar el curso de nuestros vidas y los pequeños problemas de la vida cotidiana, se han vuelto aun mas pequeños luego de vivir tan intensa experiencia.

Hasta la próxima Equipo¡¡¡¡¡

Este CHAÑI comenzó unos 6km antes!, (primer anuncio!!! no había camino para la combi!!!), luego todos casi "INTACTOS" llegamos a Ovejeria, casi, porque Rubén tuvo que ser asistido por cuatro avezados enfermeros, tras un traspié en un arroyo caudaloso!. Luego de la primera noche en Refugio Militar Cari se levanto y estaba como pez globo! (con cariño) pobre y el guía con todo la onda para atenderla. En campamento de altura a 5000 msnm, ahora si TODOS INTACTOS!, pero hete aqui que faltaba una carpa!, (segunda señal!!! Se voló por el fuerte viento!!!). Día de ataque a la cumbre, primera baja: Rolo no se podía parar por lo que un guía se quedó a auxiliarlo. Y llegamos al abra, unos 5500m, todo era de película con un amanecer espectacular, Jujuy de un lado y Salta del otro, pero don viento helado no cesaba en su afán y no nos dio respiro. Cuando llegamos a unos 5700 aprox. un grupo decidimos volvernos, nuestra agua se había congelado y con mucha nieve alrededor, reparo cero. Bajando por el acarreo casi me desmayo, pero aguante. Todas nuestras esperanzas quedaron en Cari, Pablo, Rubén y Carlos (guías también). Pero el día estaba realmente duro y aunque los chicos le pusieron todo lo que hay que poner!, solo pudieron acariciar la cima, faltaron 50m NO!. Al bajar Carlos ya no veía y debio bajar de allá arriba con los ojos vendados, Rolo seguía sin poder pararse saturando 40 % O2, así que con camillas (varias versiones) mulas y caballos y marca personal logramos bajarlos a ambos hasta Ovejeria. Luego de la puesta en común y un riquísimo cordero repador, ahora si! llegamos finalmente hasta el cause del río León, TODOS INTACTOS! porque Carlos y Rolo realmente le pusieron mucho huevo! para llegar todos juntos caminando, y jamás sin perder el humor. Pero el transfer estaba empantanado, jaja buenisimo!!!. Mil gracias a los guías (estos pibes si que tienen futuro) por estar en todo y en todo momento, sin ustedes. esto es imposible. La experiencia por demás inolvidable, no habrá otra igual! y Carlos, un ejemplo de vida "viejo".... ni que hablar de Virgina, la dueña de casa!!!

Vivimos una semana intensa, inolvidable, movilizante; de grandes esfuerzos; de conocer y superar nuestros limites, de encontrar nuevos desafíos, de no darse por vencidos. La naturaleza nos regalo todo su calidez en los amaneceres, las noches de luna, la belleza de la montaña; pero también nos mostró su fuerza y grandeza: el viento y el frío que no pueden ser subestimados.
Destaco la compañía del grupo que estuvo presente siempre, la colaboración de todos, la excelente onda; sumado al extraordinario trabajo de los guias quienes nos transmitieron seguridad y confianza a cada paso

Este viaje fue la experiencia más importante en mi vida, desde los paisajes que son hermosos, era como estar en una postal todo el tiempo. Mientras recorria esos lugares solo había momentos de meditación y de apreciar la belleza que esos lugares nos ofrecían. Sus senderos incaicos, las nubes que se apoyaban en los picos de las montañas, sus diversos colores en la vegetación, el grupo fué excelente en todo sentido, todo se complementó para hacerlo maravilloso.
También se complementa con el apoyo de su gente, apreciar sus costumbres, su simpleza y el amor con que nos atendieron, hace que todo lo vivido sea más perfecto aún. Tengo el corazón pleno de felicidad, de haber compartido 8 días con gente maravillosa, el grupo fué excelente y eso hace que lo vivido sea mas lindo todavía. Rescato todos los valores humanos que allí se confluyen y el compañerismo con la solidaridad donde lo bueno y lo malo de cada uno se revela en estos viajes.
El día de cumbre será inolvidable, ha significado mucho en mi vida, me ha llevado a traspasar todos los límites que creía posibles. No hicimos cumbre, pero haber llegado hasta allí, con las condiciones que se dieron para mí fue lo más importante y toda la experiencia del regreso será inolvidable.
GRACIAS!!! a los cuatro integrantes de Alto Rumbo, por la buena onda, por la cordialidad con que nos atendieron, por el empuje constante para ir más allá de lo que creíamos posible..